El anuncio de lluvia no se cumplió y finalmente la romería de San Benito de invierno se celebró en una jornada primaveral en el que decenas de fieles se acercaron hasta el monasterio de Lérez para honrar al "máis milagreiro".

En el convento medieval se oficiaron misas cada hora y de nuevo los romeros cumplieron con el rito de hacerse con el "aceite del santo" que se quema en una lámpara en el interior del templo. Según la tradición el ungüento es un remedio infalible contra las enfermedades de la piel, muy especialmente las verrugas.

El buen tiempo también facilitó la celebración de la procesión, que salió tras la misa cantada, el oficio central de la jornada. Los fieles acompañaron a la imagen de San Benito en el desfile religioso, que discurrió por las inmediaciones del templo.

"Tradicionalmente es una celebración más íntima que la romería de verano", explica el párroco, Crisanto Rial, "pero de todos modos viene mucha gente, que por supuesto se lleva el aceite". No se trata de una práctica puntual sino que "durante todo el año los fieles lo vienen a buscar", señala el sacerdote.

Otra imagen que se repitió fue la de los fieles entregando ofrendas, en la mayor parte de los casos consistentes en botellas de aceite que posteriormente se quemará en la "lámpara del santo". En las inmediaciones del templo se instalaron de nuevo puestos de venta de exvotos de cera en forma de partes del cuerpo que según la creencia el santo ayudó a curar.

Tampoco faltaron las rosquilleiras y otros puestos en los que redondear la jornada con un buen almuerzo en el atrio con vistas al río Lérez. "En general el San Benito de invierno es como la romería de verano pero reducida aproximadamente a la mitad porque al no ser un día festivo acude menos gente", señala Crisanto Rial.

Éste constata que la afluencia de fieles al monasterio es constante "muy especialmente en verano, ahora en invierno no pero en los meses de verano si", una capacidad de atracción que se refleja en los libros de peticiones y agradecimientos. En ambos los fieles dejan constancia escrita de sus solicitudes al santo y también de las gracias por su intercesión.