La Guardia Civil detuvo ayer a un vecino del municipio de Tomiño acusado de la comisión de un presunto delito de tenencia, tráfico y depósito de armas y municiones. Se dedicaba a la reparación y venta de armas de fuego en un taller clandestino que tenía en un galpón en la finca en la que también se ubicaba su vivienda. El hombre, según explicó el delegado del Gobierno en Galicia, era un "experto artesano" en la manipulación y reparación de las armas, un "manitas" que le permitía modificar las armas o recuperar para su utilización algunas que ya habían sido inutilizadas. Se le encontró además abundante munición, entre ella munición de gran calibre o "de guerra".

Las investigaciones llevadas a cabo en el marco de la denominada operación "Susurro", se iniciaron a finales del pasado año por el Grupo de Información de la Comandancia de Pontevedra, con el apoyo técnico de la Intervención de Armas, a raíz de un anuncio sobre venta de armas que aparecía publicado en una conocida página web de internet.

Una vez averiguada la identidad del anunciante y ubicado su domicilio en el municipio de Tomiño, fue necesaria una discreta labor de investigación y control sobre el inmueble hasta que se pudieron reforzar, se cabe, las sospechas de que esta persona se estaba dedicando ilegalmente al comercio y reparación de armas de fuego, utilizando para ello un taller clandestino que tenía montado en un galpón anexo a su vivienda.

Con el resultado de las pesquisas realizadas, el Juzgado de Instrucción nº 2 de Tui libró el correspondiente mandamiento de entrada y registro en el galpón, que se llevó a cabo durante la mañana del día de ayer. El detenido está previsto que pase a disposición esta misma mañana del juzgado de instrucción.

El resultado de la inspección fue el que se esperaba y en el interior de este habitáculo la Guardia Civil se encontró con un taller dotado con maquinaria y una amplia gama de herramientas propias para la actividad que estaba realizando, que no era otra que la reparación y restauración de armas de fuego.

En el registro se encontraron: 4 rifles de caza mayor y 20 escopetas de caza, además de 6 armas cortas (4 revólveres y 2 pistolas), distintas piezas sueltas, entre ellas un silenciador y tres cañones para las escopetas y una importante cantidad de munición: 15.500 cartuchos de caza de distintos calibres; 68 cartuchos de guerra del calibre 7,62, junto con 650 de varios calibres para arma corta y 1.550 para arma larga.

El operativo concluyó con la detención del dueño del galpón, al que se le atribuye la presunta comisión de un delito de tenencia, tráfico y depósito de armas y municiones. Se efectuó, también, un registro en su domicilio, donde se encontró otra pistola con su correspondiente munición y se le intervino el ordenador para su peritación y estudio.

La Guardia Civil continuará ahora con la investigación para conocer la entidad y el volumen del negocio ilegal que esta persona venía realizando, averiguar la procedencia de las armas y dirimir las supuestas responsabilidades legales en las que pudieron haber incurrido los propietarios de las escopetas, que estén documentadas, por haber entregado las armas a un establecimiento no autorizado. Santiago Villanueva destacó la importancia de la operación para impedir que estas armas llegasen al mercado ilegal. Felicitó a la Guardia Civil de Pontevedra por su trabajo. Tanto Villanueva como el coronel de la Comandancia de Pontevedra, Miguel Estévez Lara, destacaron que por tratarse de una villa fronteriza como Tomiño en donde este taller estaba radicado sospechan que las armas no solo eran vendidas en la provincia de Pontevedra sino que es posible que muchos clientes llegasen también desde Portugal. Una de los objetivos de la investigación ahora es determinar el origen de las armas de y la munición, así como quienes eran los clientes de esta persona detenida quien tenía otro empleo "legal" y que hacía negocio con la venta de estas armas. "No le iba mal", en palabras del propio coronel de la Guardia Civil.