Cuatro mujeres y una veintena de alumnos de la ESO protagonizaron ayer una interesante jornada de intercambio de historias de la emigración. Marisa Gesteira Argibay, Elisa Senra Vilar, Dorinda Rivas Álvarez y María del Carmen González Lantaño compartieron con los estudiantes del IES A Xunqueira I sus años de emigrantes en diferentes países, mientras que los chavales hicieron un breve repaso por las experiencias de sus familiares al respecto. El encuentro, que forma parte del programa "Fálame da emigración" de Afundación sobre envejecimiento activo, continuará su andadura en más centros de estudio. Las próximas citas serán el 22 y el 24 de marzo en el IES Valle Inclán.

"Lo más duro de emigrar fue dejarlo todo aquí, separarte de todo lo tuyo. Fue tremendo. Lloramos todo el camino", recuerda Marisa Gesteira. La vecina de Pontevedra, cotobadense de nacimiento, tenía 15 años cuando emigró con su padre y su hermana a Venezuela, país en el que él había encontrado trabajo un año antes.

"Notamos un cambio total porque Venezuela ya estaba muy avanzada. Mucho más que incluso Galicia ahora", asegura.

"Una vez allí, me adapté muy bien. Empecé a trabajar en seguida, en una fábrica de ropa de Checoslovaquia, e hice amigas", cuenta. La costura sería su profesión hasta la edad de jubilarse. En ella fue creciendo poco a poco hasta tener a su cargo a 50 personas.

Entre los consejos que le da a los jóvenes, Marisa destaca que su mayor seguro de vida es la preparación. "Que se preparen todo lo que puedan por si tienen que emigrar y que no les pase como a mí, que comencé barriendo la fábrica", indica.

Inglaterra, Francia y Suiza

María del Carmen González Lantaño, maestra jubilada, viajó en 1967 a Inglaterra para aprender inglés mientras trabajaba. De allí emigró a Francia, donde cuidaba niños, entre ellos al nieto del escritor Émile Zola. En 1971 regresó a España y consiguió una plaza de profesora en Barcelona. Llegó a dar clases en Marruecos y Estados Unidos.

Por su parte, Dorinda Rivas Álvarez emigró a Suiza cuando tenía 17 años. Allí aprendió italiano y francés y trabajó. Se casó y formó una familia. En el año 2000 regresó a Galicia para cuidar de su madre enferma.