Llegó a Pontevedra en bata, dispuesto a combatir las tasas abusivas de las eléctricas que le impidieron este año encender la calefacción. Pero las bajas temperaturas y 9 días de fiesta ininterrumpida del carnaval pontevedrés pudieron con Ravachol, que ayer falleció para desconsuelo de sus queridos convecinos, que ven que con el Loro se marcha también su querido Entroido.

Guardando un estricto luto, decenas de deudos y viudas pasaron ayer por la plaza de A Verdura para participar en el velatorio del dicharachero loro mientras en A Ferrería se escuchaban elegías dedicadas al finado, de quien ensalzaban sus palabras elegantes, su porte y su sorna, acompañadas de vez en cuando de algún "fino insulto". Un plumífero sin igual que "en apenas unos años y aún siendo un animal" pronto se convirtió "en el rey del carnaval en la ciudad.

La plaza de A Verdura se llenó a pesar de que en algunos momentos la lluvia hizo acto de presencia y no impidió tampoco que el cortejo fúnebre partiese a las 21 horas en dirección hacia A Ferrería acompañado por su séquito de comparsas. Allí dio comienzo la "Velada Infausta", las honras fúnebres al loro tristemente fallecido, que se inició con un "Introito" y la lectura de una nueva elegía dedicada al loro, continuó con una actuación de Ilusión Compañía, una danza de la muerte de Celme, la Saeta Val do Lérez y finalmente, después de pasar tanto frío, el loro fue incinerado.

Ayer también la parroquia de Tomeza celebró en el centro social un festival infantil de Entroido con talleres de postres de carnaval para los más pequeños.