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Águeda Ruibal: "Fuimos unos afortunados en todos los sentidos"

El matrimonio pontevedrés amplió su familia con la adopción de Guang Li, de origen chino

Guang Li y sus padres, Águeda Ruibal y Miguel Sanmartín. // Gustavo Santos

Águeda Ruibal y Miguel Sanmartín tienen dos hijos, Mario, de 21 años, y Guang Li, de 11 años y adoptada. La niña procede de la zona sureste de China. El proceso de adopción, en su caso, fue relativamente corto, y no llegó a los dos años, entre finales de 2004 y 2006.

-¿Por qué se decidieron por China?

-Estuvimos revisando países y la cultura china nos atraía. También buscábamos un país al que nos pudiera acompañar nuestro hijo, que entonces tenía 10 años. Queríamos que fuese un país seguro y con el que los trámites fuesen transparentes.

-En menos de dos años ya tenían a Guang Li en la familia...

-Sí, en menos de dos años. Nosotros presentamos la solicitud en Vigo en diciembre de 2004 y viajamos en septiembre de 2006. Los tiempos de espera ahora no tienen nada que ver con los nuestros. Y eso que tú solicitas la adopción de un niño que en ese momento no existe. Mi hija nació en 2005.

-¿Tenían claro que querían que fuese un bebé?

-Cuando fuimos a la reunión de la Xunta, la información que nos dieron fue que por nuestra edad nos correspondía un menor de entre 0 y 2 años. Como legalmente te plantean esa situación, ya no piensas en otra. Yo tenía 37 años y mi marido 43. Estar casado era una condición indispensable. De hecho, algunas de las parejas que hicieron la solicitud entonces tuvieron que casarse para poder realizarla.

-¿Y Mario, su hijo? ¿Tuvieron que prepararlo para este momento?

-Cuando nos lo planteamos nosotros se lo planteamos a él, fue la primera persona en enterarse. Él llevaba mucho tiempo diciendo que quería tener hermanos, por lo que le hizo mucha ilusión. No era nuevo para él, porque teníamos amigos con hijos adoptados. Lo que nos dijo fue que fuéramos a donde fuéramos quería viajar y acompañarnos. La relación entre ellos fue fantástica desde el principio. Son diez años de diferencia y es su hermana pequeña y la adora.

-¿Se consideran unos afortunados?

-Viendo los tiempos de ahora, sí. Fuimos unos afortunados en todos los sentidos. La llegada de nuestra hija fue estupenda. Lo que sí me hubiera gustado en aquel momento era tener toda la información que tenemos ahora. Hay muchos datos que en aquel momento no tuvimos.

-¿Cómo fue el día de la entrega?

-Muy emotivo (risas). Aunque la entrega fue bastante fría por parte de las autoridades chinas, por la nuestra fue muy emocionante. Teníamos muchos nervios. Lo hicimos lo mejor que pudimos. Cuando Mario nació fue un momento precioso y la llegada de Guang Li también fue un momento maravilloso.

-¿Han viajado a China?

-Desde que ella llegó aún no hemos ido. Nos estamos planteando ir en un plazo de dos años como máximo. Ella está muy ilusionada, aunque también tiene muchas inquietudes al respecto.

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