Marea Pontevedra es el primer colectivo que cuestiona abiertamente el proyecto de Costas para ejecutar un paseo peatonal y ciclista a lo largo de la autovía de Marín. Aunque la asociación ciclista Pedaladas tampoco aprobaba el diseño, anunció que no formularía alegaciones, pero la concejala de Marea, Carmen Moreira, sí ha acudido a esta vía y solicita a Costas que anule una iniciativa que muestra "una escasas planificación ambiental y social".

El diseño expuesto al público es una actuación de algo más de dos kilómetros, con un presupuesto de 2,6 millones de euros, que da continuidad al paseo actual de As Corbaceiras hasta el nudo de Mollabao, donde se desvía hacia una pasarela sobre la ría hasta conectar con la de madera de las mariscadoras en Placeres.

A juicio de Moreira, vecina de Lourizán, el final del recorrido quedará truncado en el "scalextric" de Placeres, donde el "paso hacia Marín está totalmente cortado, sin pasos de peatones, lo que impide cruzar". También apunta que "en el primer tramo, con la ejecución de una pasarela peatonal de casi un kilómetro de longitud y dos metros y medio de anchura apoyada sobre pilotes en el lecho marino, se procede a una nueva ocupación del mar en un tramo de costa sin respetar el medio natural". Recuerda además que esa zona está calificada como C para el marisqueo y ve "incorrecto utilizar esa razón para justificar una obra que puede alterar el equilibrio marino y el hábitat de los bancos marisqueros, como reconoce el propio proyecto".

"Difícil coexistencia"

Moreira indica, por otra parte, que la previsión de una pasarela de 2,5 metros de anchura es incompatible con la convivencia de peatones y ciclistas ya que "esas coexistencia es peligrosa", además de que por ese punto transitan numerosas mariscadoras "con carros, barreños y herramientas hacia su lugar de trabajo". "El propio informe reconoce el difícil acceso a la zona y en caso de posibles accidentados o problemas de salud no existe información que garantice cómo podrían ser atendidos y trasladados de manera rápida a un centro hospitalario", explica la concejala de Marea.

Por último, subraya que "en relación a las barandillas que se quieren utilizar, tal y como postula el proyecto, hay dos problemáticas posibles: la primera es que estarán colocadas en sentido horizontal, convirtiéndose en una escalera para los niños; y la segunda es la separación entre barrotes, superior a la reglamentaria, lo que posibilita que los niños puedan colarse entre ellos".