"No nos conformamos con ser una oposición estéril, que se dedique tan solo a fiscalizar la labor de gobierno", detalló ayer Luis Rei como reto para los próximos dos años en el Concello.

Tras reiterar que "estamos satisfechos de que nuestra influencia sirviera para dar al presupuesto de 2017 un giro en clave de justicia social", con un millón de euros en enmiendas aceptadas por el BNG", el objetivo a partir de ahora es "ser una oposición útil, por lo que emplazamos al equipo de gobierno a testar las posibilidades que hay de llegar a un acuerdo beneficioso para los dos grupos y para la ciudad". Cree que así se garantizaría la estabilidad para lo que resta de mandato" con un acuerdo que incluya "medidas que permitan que estemos cómodas las dos partes" de modo que "nuestra influencia en el pleno sirva para gobernar sin sobresaltos".

"La oferta está lanzada y depende de que la mano tendida sea recogida" en los próximos días para entablar unas negociaciones en las que "no hay líneas rojas pero sí ejes que deben constituir el esqueleto del acuerdo y que debería concretarse en medidas que tengan que ver con nuestro programa electoral, que trataríamos de gestionar desde el concello", añade Rei.

El edil niega que esta oferta esté relacionada con la situación municipal de otras ciudades: "Nosotros nos debemos a los ciudadanos de Pontevedra".