La Asociación de Usuarios de Bancos, Caixas de Aforro e Seguros de Galicia, Adicae, está ofreciendo charlas por diferentes ciudades y localidades gallegas. Ana Belén Folgar, secretaria general del colectivo en Galicia, estuvo ayer en Pontevedra, en el centro asociado de la UNED, donde explicó las claves para presentar una reclamación. "Queremos la devolución de todo para todos", insiste.
-Sigue habiendo muchas dudas sobre las cláusulas suelo y su reclamación. ¿No se ha avanzado nada en las últimas semanas?
-Los consumidores están poco informados y la banca contribuye a generar más confusión. A raíz de la aplicación del real decreto aprobado por el Gobierno nos hemos encontrado con una situación que ha generado más confusión en los consumidores. La banca no lo ha aplicado de forma correcta y rápida. Seguimos diciendo que el consumidor tiene que reclamar todo y que deben hacerlo todos los consumidores. Tiene que ser algo universal. Nos estamos encontrando con que mucha gente malinterpreta el real decreto entendiendo que es un plazo para la persona y no para la banca. Hemos hecho una serie de resúmenes para explicarles cuáles son las fases del real decreto y, además, cómo localizar la cláusula suelo. Nuestra idea, con este tipo de charlas, es ofrecer una doble visión: preventiva y formativa. Preventiva porque tenemos miedo que en la aplicación de este real decreto nos vuelvan a engañar. Este último miércoles ha habido una sentencia que echaba abajo una de las cuestiones que defendían el BBVA y Abanca, que era la cosa juzgada. Formativa porque para que no nos engañen tenemos que tener un mínimo de formación sobre el asunto.
-¿Quiere decir que todavía hay personas que no saben diferenciar si tienen cláusula suelo?
-Sí. Son redacciones de las hipotecas complejas que no fueron explicadas adecuadamente en su momento. Hay que admitir que el nivel financiero, jurídico o económico de la mayoría de la gente no tiene por qué cubrir esas especialidades. Además, nos estamos encontrando con que no siempre hay cláusula suelo, sino otras cuestiones como el IRPH y otras cláusulas abusivas que afectan terriblemente al consumidor. Nos estamos encontrando gente que no sabe que tiene cláusula suelo, gente que le han dicho en la entidad bancaria que no la tiene y no es así... Por eso estamos intentando salir. Hemos llegado a las siete grandes ciudades gallegas, pero queremos hacerlo también en otras localidades, para poder llegar al máximo de personas. Hemos localizado a unas 3.000 personas en Galicia.
-¿Cuántos afectados hay en Pontevedra?
-A nivel de previsión de lo que se manejó para Galicia, en Pontevedra habría 100.000 afectados. Pero son datos exactos que nosotros no podemos tener porque la cartera de clientes la tiene el banco. Por ahora hemos atendido a más de 1.000 personas en la provincia.
-¿Cómo se calcula lo que se ha pagado de más con la cláusula suelo?
-Nosotros ofrecemos una herramienta en nuestra página web, adicae.net, y también tenemos una página específica: afectadosclausulasuelo.org. Puedes calcular el importe máximo de devolución a la que tendrías derecho. Estamos perfeccionándola porque hay una casuística inmensa, de gente que ha hecho amortizaciones, de gente que ha cambiado de interés... En todo caso, quien tiene que hacer el primer cálculo es el banco, que tiene la herramienta específica y no le cuesta nada. No obstante, como ellos hacen una oferta a los consumidores, queremos hacer un cálculo lo más aproximado posible.
-¿Puede escudarse el banco en que la cláusula aparecía destacada en la hipoteca?
-Se pueden escudar en muchas cosas, como han hecho recientemente el BBVA y Abanca en la cosa juzgada. Una sentencia se lo echó abajo. El argumento de la transparencia lo utiliza mucho Sabadell. Realmente, no vamos a entrar en ese debate. Nosotros desconocíamos que los intereses iban a bajar de esa manera, algo que sí sabían ellos. La transparencia en este punto quiebra porque no hay un doble control. En función de eso, todas las cláusulas suelo serían abusivas y nulas con el efecto de la retroactividad total, que es lo que ha venido a decir ahora el Tribunal Supremo. Sí se aferran a ese argumento, que hace que todo se retrase, que el dinero permanezca en sus arcas más tiempo y nuestro dinero les rentabiliza a ellos. Pero son argumentos que, insisto, el propio Tribunal Supremo, con la cosa juzgada, ha echado abajo. Que tú me resaltes una cláusula en un contrato es insuficiente. Que no nos vengan, y perdona la expresión, con milongas, porque es generar confusión y meter miedo a la gente intentando socavar los derechos que todos tenemos. Todos deben reclamar todo.
-¿Ese todo incluye los gastos de formalización de las hipotecas?
-Lo estamos explicando ya. Es otra campaña. Se va a reclamar. Estamos recabando los datos para la reclamación colectiva extrajudicial, después demanda colectiva. Está en sus inicios, pero la visión es positiva y hay una puerta abierta porque ya partimos de una sentencia del Tribunal Supremo. El camino está bastante avanzado. Ha sido otro abuso porque se hace patente el desequilibrio entre la banca y el consumidor porque era una cuestión que les interesaba. Todo fue una decisión de la banca, no fue consensuado, sino impuesto. Animamos a la gente a que se una y reclame sus derechos.
-¿Qué ocurre si una hipoteca ya fue amortizada? ¿Se puede reclamar igual?
-Lo estamos haciendo. El real decreto podría haber dado solución a todas estas casuísticas. Desde nuestro punto de vista, aunque una hipoteca haya sido cancelada, la vamos a reclamar. Ellos utilizan el derecho en nuestra contra. Vamos a reclamar aunque estén canceladas. Queremos la devolución de todo para todos, porque es justicia, es equilibrar la situación desequilibrada que había entre consumidor y banca.
-¿Este dinero está exento de IRPF?
-No podemos adelantar la posición que va a tener Hacienda en ese punto ni si va a activar algún mecanismo. Que no se dejen engañar por la banca, que igual les recomienda amortizar la hipoteca para no tener que pagar a Hacienda. Dependerá si se ha hecho deducción anterior o no de la vivienda. La banca puede aprovecharse para no desembolsar el dinero.
