El año 2017 no empezó bien en lo que respecta a la evolución de la violencia machista en la ciudad de Pontevedra. En la madrugada de Año Nuevo, los agentes de la Policía Local detenían a un hombre tras la llamada de un vecino en la que se alertaba de los gritos de un varón que estaba destrozando el mobiliario en el interior de una vivienda en la que se encontraba una mujer, que también fue víctima de malos tratos.

Días más tarde, el 5 de enero, otro hombre era detenido por los agentes después de recibir también una llamada de un vecino que escuchaba una fuerte discusión en un domicilio. Los policías pudieron escuchar como la mujer intentaba abrirles la puerta mientras que le decía al agresor que no le pegase más. Después de un buen rato, consiguió abrir y relató a los agentes como su pareja le había agredido al tiempo que le tapaba la boca para que no gritase.

Otro de los casos llamativos se produjo en plena calle, en Loureiro Crespo, cuando dos personas tuvieron que prestar protección a una mujer que se acercó a ellos pidiendo ayuda y escapando de un hombre que iba persiguiéndola, abalanzándose sobre ella y tirándola al suelo, en donde le dio varias patadas. Los testigos, sin dudarlo, inmobilizaron al agresor hasta la llegada de la Policía Local.

Un machete oculto

Los agentes municipales también atendieron en otra ocasión a una mujer que les manifestaba el miedo que sentía después de una fuerte discusión que tuvo con su pareja y en la que sufrió amenazas, insultos y vejaciones. Además, les insistía en que no era la primera vez que ocurría. En el domicilio se encontraron con un varón, su pareja, muy alterado al que en un cacheo le encontraron un machete de cocina oculto en la cintura del pantalón. En otro de los casos, el detenido sacó a golpes a su pareja de la vivienda que ambos compartían y continuó con la agresión en plena calle.

La Policía Local de Pontevedra destaca que todas estas son historias reales y que se repiten con demasiada frecuencia mucho más cerca de lo que podemos pensar, en los inmuebles adyacentes o en los pisos superiores. Por eso insisten en la importancia de la denuncia y la colaboración vecinal.

Último caso

El último caso de violencia de género en la ciudad se produjo en la madrugada de ayer. Según informó la Policía Local, los agentes se trasladaron a un domicilio tras recibir una llamada por una agresión a una mujer. Una vez en el lugar, los agentes localizaron al presunto agresor (de 37 años) en la vía pública, manifestando que tuviera una discusión con su pareja y que lo echara de casa. Otra de las patrullas se desplazó al domicilio y se entrevista con la víctima quien le manifiesta que, tras una fuerte discusión con este hombre, él la intentó echar de casa incluso intentando hacerlo por la ventana, causándole lesiones en la muñeca. El hombre fue detenido.