Al capitán de navío José María Núñez Torrente le ha tocado ser el comandante director de la Escuela Naval Militar en plena celebración del 300 aniversario de la academia de la Armada, algo que asume como "un gran privilegio y un orgullo", pero también "una gran responsabilidad", admite. "Todo el personal de la Armada y, en particular, los que formamos parte de la Escuela Naval, estamos ilusionados con esta celebración", subraya.
- Alcanzado el ecuador de su mandato como comandante de la ENM, ¿cuál es su balance?
- Pues el balance es muy positivo, estamos en pleno proceso de consolidación del nuevo modelo de enseñanza de formación que incluye la impartición de la titulación de grado en ingeniería mecánica a cargo del Centro Universitario de la Defensa adscrito a la Universidad de Vigo, de forma simultánea a la formación moral, marinera y militar de nuestros alumnos. Tengo la suerte de disponer de una perspectiva privilegiada sobre la evolución del nuevo modelo al haber ocupado el cargo de Subdirector-Jefe de Estudios del 2009 al 2012, período durante el cual se creó el Centro Universitario de la Defensa y se contrató a su equipo directivo y primeros profesores. Y, ahora, el cargo de Comandante-Director desde verano del 2015, en que ya hay dos promociones procedentes de éste nuevo modelo egresadas y estamos en proceso de evaluar su desempeño a bordo de los buques y unidades de Infantería de Marina, por si hubiera que efectuar pequeñas correcciones en el plan de estudios.
- Al principio existía cierta incertidumbre de cómo resultaría ese modelo.
- Es cierto, pero al haber sido testigo directo y parte implicada del proceso de cambio, hoy puedo afirmar que los resultados han superado todas las expectativas, y la simbiosis conseguida entre el mundo militar y el académico ha sido fantástica, con una total integración entre ambos y una ilusión compartida durante todo el proceso para que las cosas funcionaran bien.
- Tras su nombramiento habló usted de profundizar en la apertura del centro a la sociedad y de abrir cauces de colaboración con las entidades civiles. ¿Qué se ha logrado en ese sentido?
- Efectivamente, cuando llegué lo hice con el propósito de continuar esta labor de apertura que ya comenzaron mis predecesores en el cargo, de tal forma que he mantenido las colaboraciones anteriores y se han abierto otras nuevas. Creo que la relación de la Escuela Naval con las diversas instituciones y con los vecinos goza de una magnífica salud, en particular con nuestro Concello, el Concello de Marín, con el que existen múltiples iniciativas y colaboraciones en ambos sentidos. Como ejemplo, seguimos con las visitas guiadas a la Escuela varios días a la semana; la celebración de campeonatos deportivos y la cesión, sin ánimo de lucro, de nuestras instalaciones; la organización de conciertos atendiendo a solicitudes de colegios, institutos, residencias de ancianos, ayuntamientos, etc.; la organización de numerosas regatas conjuntamente con clubes náuticos de las rías; la colaboración con el Centro de Formación Aixola de Marín que promociona la inserción laboral de personas procedentes del sector marítimo-pesquero, o con la Escuela de FP marítimo pesquera de Bueu, entre otros. Hay otras iniciativas de larga trayectoria como son la Cátedra Almirante Álvarez-Ossorio con la Universidad de Vigo; o la colaboración con la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia, con un seminario anual.
- También anunció entonces la puesta en marcha del centro de investigación. ¿En qué momento se encuentra este proyecto?
- La puesta en marcha del edificio de investigación sigue a paso firme, aunque hemos sufrido un pequeño retraso debido al cierre económico anticipado del año anterior. En estos momentos ha concluido la primera fase que ha consistido en el traslado del pañol de Infantería de Marina. Actualmente estamos en la segunda fase que conlleva la reforma del edificio de investigación y que se encuentra en período de contratación. Prevemos que las obras puedan comenzar en mayo y estar finalizadas en diciembre de 2017. Posteriormente, nos quedará la tercera y última fase que es la adquisición del mobiliario y el equipamiento. Si todo va según nuestras previsiones, el nuevo edificio de investigación podría comenzar a funcionar durante el primer semestre de 2018.
