- ¿Cómo han cambiado el centro y el alumnado desde que usted estudió en él hasta ahora?

- El ritmo de vida del alumno de "mi" Escuela Naval de los años 80 es muy similar al actual. Las cosas que veo que han cambiado desde entonces son los contenidos de los planes de estudio, que han evolucionado; la aparición del Centro Universitario de la Defensa, con su valor añadido a la enseñanza; la formación de los alumnos del Cuerpo de Intendencia que en mi época era de cinco años, mientras ahora ingresan con un título de grado y permanecen dos años en la Escuela; la modernización de los medios; y, una de las herramientas que más me gusta, el plan de acción tutorial en vigor, programado y personalizado en el que cada alumno tiene un tutor militar y un orientador académico.

- ¿Y la relación de la ENM con Marín y la comarca?

- Ciertamente se nota la apertura de la Escuela desde cuando yo era alumno a nuestra época actual, al menos esa es mi percepción. La Escuela Naval cumple 300 años desde su creación y ha permanecido 74 de ellos en Marín, lo que supone el período más prolongado que ha estado en una ubicación, y yo creo que no es por casualidad. Es verdad que la ría de Pontevedra es importante para nosotros por su idoneidad para el aprendizaje y la práctica de la navegación, pero para mí la clave de esta larga permanencia es la fenomenal acogida de la sociedad civil de Marín desde la llegada de la Escuela en 1943, lo que ha permitido una completa integración de la Escuela en la localidad. Pienso que la Escuela, por su proyección nacional e internacional, por la riqueza que genera en la zona y por ser un motor de actividad deportiva, cultural y académica en su entorno, es importante para Marín, y nuestro deseo es que los marinenses sientan a la Escuela como algo suyo, como algo distintivo de la villa.