- La verdad es que durante cinco años como alumno en la Escuela Naval hay múltiples anécdotas graciosas y extraordinarios momentos, pero como docente uno a veces tiene que aguantar la risa y mantener la compostura al ver cómo se repiten situaciones pasadas. De las situaciones que más gracia me han hecho ha sido la imaginación de algunos alumnos a la hora de intentar salir de la Escuela fuera de horario. Hay que entender que en un régimen estricto de internado es "humano" tratar de escaparse para acudir a una cita romántica o a una fiesta. Recuerdo dos casos, uno de dos compañeros míos en un coche circulando de noche por la explanada de la Escuela hacia la salida que, al ver al Oficial de Guardia, decidieron agacharse y apagar las luces. Grande fue la sorpresa del oficial al ver un coche circulando sin luces y sin ocupantes. Y otro alumno, en mi época de docente, que trató de saltar la valla y se quedó literalmente "colgado" sin poder bajar, hasta que fuimos a rescatarlo. En ambas ocasiones los involucrados acabaron arrestados.