Fue en diciembre de 2012 cuando se puso en marcha un proceso que suponía "una revolución", en cierto sentido, de la estructura del Ejército de Tierra. Se buscaba dotar de una mayor polivalencia a sus fuerzas, reestructurarlas de forma que se pudiera responder de forma más eficaz a las amenazas de muy distinta factura a las que hoy en día deben hacer frente. No solo se baraja la posibilidad de una guerra convencional sino que cada vez son más frecuentes los conflictos asimétricos (terrorismo, insurgencia...,). También se buscaba una fórmula que garantizase la rotación de las distintas unidades para atender los compromisos internacionales sin tener que completar las distintas unidades a las que se les asignaba una misión con complementos específicos procedentes de otras fuerzas. Fue así como se decidió la creación de las llamadas Brigadas Orgánicas Polivalentes. Ocho en total en el Ejército y la Brilat debería ser una de ellas.
El proceso está ahora ya en su fase final. Según explican desde la base General Morillo, la adaptación de la Brilat a la nueva estructura como BOP se dirigió especialmente a "obtener una mejor combinación de disponibilidad, adaptabilidad y capacidad de proyección de la unidad". Esto supuso la incorporación de nuevos y modernos medios (vehículos con mayor movilidad y blindaje, otros específicos especialmente reforzados en la detección y desactivación de explosivos, nuevos sistemas de telecomunicaciones o de armamento, entre otros) que, en definitiva, han logrado construir una Brigada "más móvil, autosuficiente, potente y protegida, lo que ofrece una mayor versatilidad y polivalencia a la hora de adaptarla a potenciales misiones", tal y como señala el Comandante Pablo Ponce de León Rodríguez, Oficial de Comunicación Pública de la Brilat.
Sin embargo, todo este proceso de cambio no está exento de sus dificultades o más bien, como prefieren señalar en la base General Morillo, no está falto de "retos". Quizá la más importante haya sido adaptar la infraestructura de las distintas bases (la Brilat cuenta con tres sedes en Figueirido, Siero y Santovenia de Pisuerga) para alojar y mantener los nuevos equipos, más complejos y sofisticados que los disponibles hasta el momento.
El proceso también ha supuesto un cambio de mentalidad en los propios militares, obligados a adaptar sus procedimientos a las nuevas capacidades y obtener el máximo de rendimiento. "Ha habido que reeducar a nuestros soldados a una nueva, aunque no muy diferente, forma de combatir", señala el responsable de Comunicación de la Brilat. Los operadores de los nuevos equipos, los conductores de los nuevos vehículos, los militares encargados de su mantenimiento..., "todos han realizado cursos específicos de familiarización o de adaptación". Se han realizado ejercicios para la integración de los nuevos sistemas de comunicación y gestión de la información, entre otros muchos programas de entrenamiento y formación para lograr este objetivo de convertir a la Brilat en una BOP. De hecho, más allá de los nuevos medios, desde la Brilat destacan siempre el factor humano como clave del éxito en cualquier proceso de transformación e incluso en cualquier otro tipo de desafío.
Los valores, en las personas
En este sentido, destacan el "entusiasmo" de todos los soldados de la unidad en adaptarse. "Los valores están en las personas y no en los medios que manejan", destacan en la Brilat y confían que durante el discurrir normal del habitual Programa Anual de Preparación la Brilat haya completado este objetivo y la transformación en una Brigada Polivalente, más potente y ágil, se complete al cien por cien.
