Hay juicios sobre los que parece pesar una especie de maldición en la que los astros siempre se alinean para impedir su resolución. Esto es lo que parece suceder con el procedimiento por el que se juzga a una parja de hermanos de Cotobado acusados de introducir una pequeña cantidad de droga oculta en las costuras de un calzoncillo que supuestamente tenía como destinatario a un familiar interno en el centro penitenciario de A Lama.

Tras diversos recursos e impugnaciones de la defensa, la vista oral se retomó ayer por tercera vez, pero tampoco pudo terminar. Los dos acusados, Yolanda y José Gabriel G. G., niegan los hechos y ayer se acogieron a su derecho a no declarar ante el tribunal. Después, el juicio se volvió a suspender por la enfermedad de una de las peritos. El fiscal solicita dos años de prisión para cada uno.