Pronto se cumplirá un año desde que el Seprona, gracias a la colaboración vecinal, descubrió en una finca de Salcedo a un perro que se encontraba a las puertas de la muerte, después de varias semanas sin que recibiese ningún tipo de comida ni bebida, ni cuidados de ningún tipo. El animal, además, apenas podría protegerse de las inclemencias del tiempo y tampoco podía salir de las instalaciones a buscar comida y refugio.

Los agentes del Seprona lo pusieron en manos de la protectora de animales de Pontevedra, Os Palleiros. Pese a que lo daban por muerto, dado que llegó sin apenas temperatura y en estado muy grave, en Os Palleiros se turnaron para darle cuidados y, sorprendentemente, salió adelante y se recuperó. Rebautizado como "Life" (un nombre que le pusieron por el apego que demostró a la vida) el animal fue adoptado y ahora vive feliz en Moaña con su nueva familia.

"Life" no se quiso perder ayer el juicio contra su antiguo dueño, su presunto maltratador. Acudió a las puertas de los juzgados de A Parda para formar parte de una concentración convocada por Os Palleiros y que tiene como objetivo "concienciar a la gente de que los animales no pueden tratarse como unas zapatillas", explicaba la presidenta del colectivo, Gloria Cubas. Un "Life" totalmente recuperado contrastaba con el de las fotos que portaban los miembros de la protectora del día en que fue rescatado. Era un saco de huesos más muerto que vivo.

Un año de prisión

El antiguo dueño de "Life" se volvió a escudar en la supuesta falta de dinero para alimentarlo y en que se encontraba en Santiago de tal forma que no podía acudir a la finca en la que se encontraba el perro para atenderlo. Para el abogado de "Os Palleiros", Fernando Garnedo, estos hechos, aún de ser ciertos, algo que puso en duda, no justificarían un trato "tan atroz" a un animal como dejarlo morir en la finca a sabiendas, además, de que nadie más salvo él podía percatarse de la presencia del animal agonizante en la finca, dado que no estaba a la vista. Señala que solo la preocupación de unos vecinos que conocían de la existencia del perro permitió localizarlo "in extremis" y salvarlo de una muerte segura. Gloria Cubas explicó, además, que salen con "muy buenas perspectivas" del juicio dado que aseguró que hay testimonios que señalaban que el acusado, F. G. P., fue visto en varias ocasiones por la zona.

La Fiscalía también se mostró clara y contundente a la hora de señalar a F. G. P. como autor de un delito de maltrato de animal doméstico. Mientras que la acusación pública reclama una pena de siete meses de cárcel, la acusación particular que ejerce "Os Palleiros" eleva esta petición a la pena máxima que recoge la ley para estos casos, que es de un año de cárcel, además de otros tres de inhabilitación para la tenencia o comercio de animales.