Ayuda, defensa, compañerismo, respaldo, fraternidad… Los sinónimos de solidaridad fueron esta mañana las palabras más repetidas en la entrega de los Premios Ciudad de Pontevedra. En una de las ediciones más breves (22 minutos desde la entrada de los galardonados en el patio de butacas del Teatro Principal hasta la interpretación del himno gallego, que tradicionalmente despide la ceremonia) los galardones rindieron homenaje a la entrega a los demás, ejemplificada en la activista social Ángela Paz y en el Colegio de Abogados.

Una guardia de gala de la Policía Local recibió a los asistentes a la ceremonia, el acto central de la jornada en la que Pontevedra festeja a San Sebastián, copatrono de la ciudad. Por su parte, el grupo “Os Alegres” puso la nota musical a las puertas del Teatro Principal, sede del pleno de honores, que un año más convocó a representantes políticos, vecinales, de colectivos culturales etc.

Flanqueados por los gaiteiros, los galardonados hicieron su entrada en el patio de butacas (en donde numerosas amigas hicieron pasillo a Ángela Paz) y fueron recibidos sobre el escenario por el alcalde. Momentos después el secretario dio lectura al acta aprobada esta misma mañana por el Pleno, que por unanimidad respaldó la propuesta del jurado calificador de reconocer a Ángela Paz García en la modalidad de persona física por “su humanidad, generosidad y compromiso, que contagian optimismo e impulsan proyectos que contribuyen a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, en especial de aquellas personas con graves enfermedades”; y al Colegio de Abogados en la categoría de persona jurídica “por su compromiso y apoyo desinteresado a personas en riesgo de exclusión social, mostrando una especial dedicación para hacer valer los derechos fundamentales y las libertades individuales”.

Ángela Paz dedicó el premio a las mujeres, en general a todas las madres, que quiso ejemplificar en la suya, “que nos dan la vida y que darían la suya por cualquiera de sus hijos ante una dura situación”, luchadoras por los demás que, recordó “están agotadas pero no derrotadas”.

El decano del Colegio de Abogados, Ramón Jáudenes, tomó la palabra en nombre de esta institución que cumple 179 años e incidió en los Ciudad de Pontevedra “suponen para los pontevedreses un aliciente para seguir haciendo de nuestra ciudad un espacio más justo y mejor; premiando el compromiso social desde facetas muy distintas de la sociedad civil, pero con un nexo de unión: la ayuda a las personas más vulnerables, a los más débiles, aquellos que nada tienen”.

El compromiso con los demás es tan sólido “que me permito afirmar que en cada despacho de abogados hay una oficina de derechos humanos”, añadió Jáudenes. Éste también se refirió al “grave impacto que la crisis económica ha tenido en el ámbito de las políticas y derechos sociales de España”, una reducción en la atención social que “solo se puede paliar con empatía, teniendo conciencia social como individuo” y, en el caso de los abogados, “asumiendo por mandato constitucional la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos y la de velar por el cumplimiento de los derechos fundamentales de las personas”.