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Primera semana de prealerta por sequía

La escasez de lluvias sitúa el caudal del Lérez un 25% por debajo de su nivel medio en enero

Con una altura de 2,5 metros, el Concello y la Xunta descartan problemas de abastecimiento, pero está más de un metro peor que hace un año -El embalse del Pontillón tampoco mejora y su ocupación no llega al 70%

El nivel del Lérez en la presa de Monte Porreiro apenas supera los 2,5 metros de altura. // Rafa Vázquez

El río Lérez suele presentar cada mes de enero una media de caudal que supera con creces los tres metros de altura en la estación de bombeo de Monte Porreiro, donde se capta el agua para el abastecimiento a toda la población. Sin embargo, el arranque de 2017 ofrece un panorama muy distinto. Con apenas precipitaciones en los últimas seis semanas y una prealerta por sequía decretada en toda Galicia desde hace varios días, el volumen de agua que conserva el río se sitúa a día de hoy en uno de los índices más bajos de la década, con apenas 2,5 metros de altura, un 30% menos que hace un año (cuando se alcanzaban a estas alturas los 3,7 metros de nivel de agua en la estación de medición de Augas de Galicia) y un 25% más bajo que la media de los últimos años.

A estos datos en el Lérez se suma, además, la situación del embalse del Pontillón de Castro. Entre 2009 y 2016 no hubo ningún mes de enero en el que esta presa estuviese por debajo del 95% de agua embalsada. A día de hoy tan solo llega al 67%, un panorama que solo se puede equiparar al de 2008. Sin embargo, en aquella ocasión, el descenso de ocupación del Pontillón fue puntual y en pocos días se llegó al 100%. Sin embargo, la evolución de todo el mes de enero de 2017 es al contrario. El 2 de enero la presa estaba al 72% y dos semanas después ya baja al 67%.

Suministro garantizado

Pese a todo, tanto el Concello como la Xunta, aún admitiendo que hay un riesgo de sequía si no regresan las lluvias, garantizan el suministro a la población a corto y medio plazo. De hecho, desde el gobierno local se recuerda que el uso del Pontillón -habitual almacén de agua para situaciones preocupantes del Lérez- está cerrado desde hace meses, por lo que se dispone de sus reservas- y se confía en que poco a poco comience a llenarse ya que el estado actual se debe a unas obras realizadas en su vaso.

Estos trabajos, para habilitar unas rampas de acceso de los piragüistas al agua, obligaron a un vaciado parcial del embalse y todo apunta a que una vez concluida esa labor la presa comenzará a recuperarse. No obstante, todo depende del régimen de precipitaciones. Meteogalicia admite que la actual ola de frío en Galicia es seca, sin lluvia alguna y no hay previsión de que caiga agua en los próximos días.

Aunque el estado del embalse se puede considerar coyuntural, un vistazo al resto de instalaciones de este tipo en la cuenca Galicia-Costa pone de manifiesto que no la única presa con baja ocupación. La del Umia no llega al 43% y la de O Con, que abastece a Vilagarcía, apenas supera el 36%. Sí están en mejor situación la de Eiras, en el río Oitavén, al 80%, y la de Zamáns, al 73%.

Si las obras explican el estado del Pontillón, es directamente la escasez de lluvias la que explica el estado del Lérez. Aunque sus datos actuales no son preocupantes, si muestran un caudal muy por debajo de lo normal a estas alturas del año. Hay que remontarse a enero de 2012 para encontrar un nivel semejante. Entonces el río estaba a 2,7 metros de altura, quince centímetros más que en la actualidad. Hace un año llegaba a los 3,7 metros y en enero de 2015 superaba ligeramente los tres metros. El récord de los últimos ejercicios está en los 5,4 metros de enero de 2013.

Acaba de cumplirse la primera semana desde que Augas de Galicia activara la situación de prealerta por sequía en la cuenta Galicia-Costa, que incluye a toda la comarca de Pontevedra. La decisión se adoptó cuando el estado del río era algo menor al actual y ya entonces se admitía el "bajo caudal" de la red fluvial de la provincia "con respecto a lo que sería esperable en esta época del año". En todo caso, tanto hace una semana como ahora, la Xunta insiste en que "el abastecimiento de agua a la población está garantizado y no hay motivo para la alarma", toda vez que "los niveles que presentan los embalses están dentro de la normalidad, aunque algo inferiores a otros años". "Igualmente, los actuales caudales de los ríos, pese a estar más bajos, son suficientes para garantizar las demandas de abastecimiento de los núcleos que captan directamente de ellos y carecen de embalses reguladores". El Umia sí cuenta con ese regulador, pero no así el Lérez, que abastece no solo a Pontevedra sino a Ence (con una captación propia en Bora) y a las poblaciones de Poio y Marín, así como periódicamente a Sanxenxo y en menor medida a Bueu.

Pero las señales y previsiones que maneja Augas de Galicia no apuntan a una mejoría a corto plazo, con los acuíferos subterráneos con problemas para su recuperación y escasas precipitaciones a la vista.

Por todo ello, la prealerta se mantiene con una vigilancia especial de los recursos hídricos y una recomendación específica a la población para realizar un "consumo responsable" del agua.

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