Familiares y amigos, así como trabajadores, asistieron ayer al funeral y entierro por el empresario pontevedrés Rogelio Acuña, propietario de las panaderías Acuña, que falleció el pasado martes a los 58 años de una grave enfermedad. El empresario fue despedido en la iglesia de San Pedro de Tomeza y enterrado en el cementerio parroquial después de recibir el último adiós de sus seres queridos.

Rogelio Acuña era una persona muy conocida en Pontevedra, de ahí que a su despedida acudiesen también numerosos empresarios del sector. Había sido, en el año 2012, presidente de la asociación provincial de panaderos, Aproinpa.

El propio alcalde, Miguel Lores, que acudió al tanatorio, aseguró que se trataba de una persona "muy activa" y destacó su colaboración con numerosas actividades en la ciudad, entre ellas la Feira do Pan, pensada para promocionar este producto básico de la alimentación.