El barrio de Campolongo se convertirá en el próximo, tras Monte Porreiro, en integrarse en el plan municipal de compostaje y recibirá en las próximas semanas cien composteros colectivos. El gobierno local acordó ayer destinar 172.425 euros para la compra de 300 de estos recipientes, los primeros de propiedad municipal con los que poner en marcha su plan alternativo de tratamiento de los residuos orgánicos domésticos. Unos 200 de ellos se colocarán en Monte Porreiro, donde se extenderá aún más el plan piloto aplicado desde agosto por la Diputación.

Desde hace unas semanas, este modelo comunitario también funciona de modo experimental y con composteros de la Diputación, en Campañó, de modo que Campolongo se convertirá en el primer barrio del centro urbano en recibir este sistema, que obliga a una implicación directa de los vecinos.

Se colocarán gradualmente y comenzarán a instalarse en el Parque de la Constitución o sus inmediaciones. Aunque los vecinos son los principales destinatarios del programa, también se invita a supermercados, colegios o restaurantes de la zona. El emplazamiento final tratará de estar cerca de estos "grandes productores".

En Monte Porreiro existen cuatro "islas" de elaboración de compost en la plaza de Europa y las calles Italia, Alemania y Grecia. Frente a una maduración "normal" entre cinco y seis meses para obtener compost, en poco más de dos meses el producto obtenido en el barrio ya se puede utilizar para abonar sus zonas verdes, "todo ello gracias a la excelente colaboración de los vecinos y a la separación en origen que hacen de la materia orgánica".

Esa misma colaboración es la que se persigue en Campolongo, donde está previsto celebrar reuniones informativas con los residentes e incluso llevar a cabo una campaña "puerta a puerta". El gobierno local confía en que el plan piloto de Campolongo sirva de base para extenderlo al resto del casco urbano, ya que, "al tratarse de un barrio muy urbano, facilitará que la gente se acerque a verlo y conozca el proceso".