"Fue la primera vez que realizaba esa maniobra y no creo que tenga más oportunidades", explica el policía nacional Juan Fresco Otero, que el pasado sábado salvó a un hombre que se había atragantado con un trozo de carne en un céntrico restaurante pontevedrés. El joven agente detalla que "todo fue muy rápido, tuve la suerte de estar al lado de él, prácticamente estaba a mi espalda".

"La gente empezó a asustarse", manifestó esta mañana a los medios, al percibir la asfixia del comensal. "No respiraba, estaba ya incorporado y pidiendo ayuda. Fue algo de segundos, de intentar recordar lo que aprendiste, salió bien y eso es todo".

"Es algo que nunca piensas que te pase, nunca lo habías hecho y te sale bien", señala el policía a propósito de la maniobra de Heimlich que practicó al afectado, una compresión abdominal que se realiza por detrás de la víctima, realizando apretones bajo el externón para que expulsase el trozo de alimento que lo estaba asfixiando.

El agente se familiarizó con esta maniobra en la academia de Policía, en la que los alumnos reciben una instrucción básica en primeros auxilios para poder intervenir inicialmente en ayuda de las víctimas, si bien nunca la había realizado hasta que el pasado día 17, cuando disfrutaba de una cena navideña con sus amigos, tuvo oportunidad de auxiliar al comensal.

Éste es una persona de mayor complexión que el agente, "por eso me vi un poco apurado", precisa, "pensaba que no iba a ser capaz porque no lo abarcaba bien". Finalmente, realizó cuatro o cinco presiones "hasta que él se sintió más aliviado" y logró recuperar el aliento.

"Es una maniobra que parece que es bastante fácil y lo es, creo que tampoco exige que sea perfecta, salió bien y estoy muy contento", añade el agente, que recibió las felicitaciones y el agradecimiento de todos los que ocupaban la mesa contigua. "El estaba un poco agobiado por la situación y un poco apurado, pero todos los comensales me dieron las gracias y yo también estoy muy agradecido de que todo hubiese salido bien".