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El picudo sigue activo en pleno diciembre

El servicio municipal de jardines se ve obligado a fumigar de nuevo los ejemplares de Las Palmeras y detecta nuevos árboles afectados en propiedades privadas en Pontemuiños

El parque de Las Palmeras se fumigó de nuevo esta semana. // R. V.

La plaga del picudo rojo, que desde hace años ataca de forma irremediable a las palmeras y tiene en vilo a los servicios municipales de Parques y Jardines, sigue en pleno auge a las puertas del invierno. Este insecto acostumbra a aletargarse, o al menos a reducir su actividad de forma notable cuando bajan las temperaturas, pero la inusual climatología que se registra en la comarca desde el verano, con registros muy por encima de lo normal, hace que la plaga siga activa en pleno diciembre.

Así lo constatan los servicios municipales, que se han visto obligados a aplicar un nuevo tratamiento preventivo, esta misma semana, en el emblemático parque de Las Palmeras. Es el quinto de este año, un volumen de fumigación nunca alcanzado hasta ahora. Y todo ello porque se han localizado nuevos árboles enfermos que ponen de manifiesto que el picudo comienza a acercarse a la ciudad desde su principal foco de proliferación del municipio: Lourizán.

Aunque se habían detectado ya casos en el casco urbano como Cobián Roffignac (detrás de San Francisco), A Seca, el Centro Galego de Tecnificación Deportiva y Sierra, se acaban de confirmar ejemplares dañados en la carretera de Vigo, en Salcedo, y, más recientemente, en Pontemuiños, un punto de Lourizán muy cerca de la ciudad. En este caso se trata de árboles privados, situados en fincas particulares, donde el servicio municipal de Jardines no puede actuar, pero sí dar consejos a los dueños.

Por el momento la mayor parte de los tratamientos consisten en fumigaciones en aquellos casos aislados donde se detecta el insecto y tratamientos constantes en las zonas más singulares, como Las Palmeras.

El parque de Las Palmeras no se ha visto afectado hasta ahora por este voraz insecto. Es el conjunto al que se le presta mayor atención desde el Concello, dada su importancia botánica. En la actualidad existe un ejemplar de palmera washingtonia, en el tramo hacia Reina Victoria, sin copa y con el tronco desnudo, pero su muerte obedece a "la edad" y no a ninguna plaga, según los técnicos, que avanzan que otro árbol similar en la misma zona va por el mismo camino.

Según explican los técnicos del servicio de Parques y Jardines, está demostrado que la incidencia del picudo rojo es mucho mayor cuando las podas de las palmeras se realizan en verano o con calor. El olor de la sabia del árbol resulta cómo "un efecto llamada" para el insecto que acaba matando el árbol. Por este motivo se recomienda a los particulares que tengan palmeras que no hagan esas podas en verano, sino que esperen a que bajen las temperaturas y lo hagan en invierno. Sin embargo, este año aún no han llegado esas bajas temperaturas y el problema persiste. De hecho, las trampas instaladas por la Xunta en numerosos puntos de la provincia han permitido comprobar que a día de hoy aún hay muchos insectos activos, ya que se capturan ejemplares que todavía vuelan de árbol en árbol, en especial tras las podas. Por eso se aconseja aguardar a que entre de lleno el invierno para realizar esas tareas.

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