La Memoria de la Alcaldía dedica un capítulo especial a las esperanzas puestas por el Concello en otras administraciones para sacar adelante una docena de proyectos. Es este apartado, la entidad que sale mejor parada es la Diputación, donde se habla de una relación "sólida" con vistas a unificar la atención turística en el Palacete de las Mendoza y, sobre todo, para sacar adelante el nuevo plan de basuras basado en el compostaje.
El Gobierno central es el más criticado, en especial desde la prórroga de 60 años a Ence, por la "lentitud y poca decisión" de sus proyectos en la ciudad. Lores lamenta los "casi imperceptibles avances de la futura autovía A-57, el escaso interés que demuestra por la solución de la conexión de la AP-9 con el resto del viario en el nudo de Bomberos, y la falta de concreción de la conexión con una senda ciclista y peatonal con Placeres por la autovía de Marín". Por ello, emplaza al Estado a aplicar "avances sustanciales" a estos proyectos en 2017.
En el caso de la Xunta, el balance tiene luces y sombras ya que el "cambio de actitud" de las pasadas elecciones autonómicas se diluyó con el presupuesto para 2017. Aún así, el alcalde cita proyectos en marcha, en mayor o menor grado, como la ampliación de Montecelo, con un convenio ya firmado, el segundo edificio judicial, con obras en ejecución, el saneamiento de la ría, que da sus primeros pasos, o la estación de autobuses, pendiente de su mejora. Pero cita otras demandas del gobierno local como un nuevo edificio para el instituto Carlos Oroza, ya descartado por la Xunta, la mejora de la carretera de Vilagarcía, la variante de Alba, sin plazos, o el saneamiento del rural, así como el "puerto seco" de Liborei o las reformas urbanas de Monte Porreiro y en Pontevedra Leste.
