La campaña navideña tiene el objetivo de cubrir las pérdidas de meses anteriores, por lo que los mariscadores rezan para que la toxina no haga acto de presencia. No en vano, la denominada zona V, que corresponde a la zona más próxima al puente de A Barca, acumula ya este año 111 días de cierre. Si a ello se suman los 97 de la zona IV, se alcanza un récord de 208 jornadas sin actividad que nunca se había registrado en el cómputo global de los dos ámbitos. Hasta ahora el peor ejercicio es el de 2014.

Ayer mismo abrió un polígono de bateas de Poio, que suman más de 80 días de cierre. Al margen de esta amenaza, el sector tiene sus ojos puestos en otros dos proyectos en manos de la Xunta: el saneamiento de la ría y el dragado del Lérez.