La solidaridad lleva días instalada en el Colegio Doroteas, que, un año más, ha puesto en marcha su rastrillo de juguetes con fines benéficos.
Decenas de artículos se acumulaban ayer en las mesas de la zona común del centro escolar. Se trata de juguetes que los pequeños ya no usan y que ellos mismos han llevado hasta el colegio para participar en el Rastrillo Solidario de Navidad.
Muñecas, superhéroes, coches, puzzles, peluches, pelotas y hasta cuentos esperaban ayer a que los pequeños los eligiesen. Y la elección no se hizo esperar, ya que muchos de ellos ya les tenían echado el ojo desde hace días.
"Hace varios años que se lleva a cabo el rastrillo solidario", explica María del Placer Viñas, directora titular del colegio, que señala que la intención es que los pequeños sean conscientes de que a su alrededor hay personas que necesitan ayuda.
Cantidades simbólicas
La parte más curiosa de esta iniciativa es que son los propios alumnos los que hacen la recolección de juguetes durante varios días, pero también los que los van a comprar en las jornadas posteriores. Los compran por cantidades simbólicas, porque lo imporante es el dinero que se va a recaudar con este acto, que, al final, tiene también su carácter ecológico de reciclaje de juguetes ya usados.
La clave está en el dinero que se recaude con la venta de los juguetes, que se destinará a alguna asociación benéfica. En los últimos años, ha ido para el comedor de San Francisco, por lo que es muy probable que vuelvan a repetir con esta institución. En ocasiones, la cantidad ha llegado a superar los 1.000 euros.
"Queremos generar conciencia en los niños. Ellos ya saben que todos los años se celebra el rastrillo, así que los mayorcitos ya nos preguntan cuándo va a ser para poder ir guardando los juguetes que no quieren", aseguran Pablo Fernández y Giordano Lugaresi, dos padres de la Asociación de Nais e Pais de Alumnos, Anpa, organizadora del evento. La venta de los juguetes usados se prolongará hasta mañana viernes.
No es la única actividad de tipo solidario que se pone en marcha en el colegio, ya que la semana anterior a la de Navidad llevarán a cabo la Operación Kilo. Con este gesto se pretende conseguir el mayor número posible de alimentos no perecederos para ofrecer a Cáritas Interparroquial. "Es algo que se hace desde hace muchos años ya, incluso antes que lo de los juguetes", recuerda María del Placer Viñas.
