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El meollo

El Consistorio

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Los técnicos municipales ultimaron en 2012 por estas mismas fechas el proyecto de restauración del histórico Consistorio, que incluyó el cambio de la cubierta, la renovación de la carpintería, así como el pintado exterior y otras reparaciones urgentes. A modo de regalo de Navidad, el gobierno municipal aprobó el proyecto y su ejecución se llevó a cabo en los meses siguientes.

Cesáreo Mosquera Lorenzo presentó la actuación con mucha determinación y habló de "poñer en valor o edificio". Entonces se trataba de una primera fase para abordar los arreglos más urgentes y se dejaba pendiente la restauración del interior, especialmente en todo lo tocante a la primera planta. El teniente de alcalde puso un acento especial en la rehabilitación del salón de plenos para volver a celebrar allí los actos importantes del Ayuntamiento, desde las sesiones corporativas hasta las ceremonias y los actos más solemnes.

El aspecto general del edificio salido de la diestra mano de Alejandro Rodríguez Sesmero en 1880 mejoró de forma sustancial con aquella intervención inicial, al margen de la suave controversia abierta entre arquitectos y especialistas sobre la nueva carpintería, tanto por la pérdida de su color primitivo, como también por el cambio del diseño original.

Por tanto, aún quedaba pendiente la segunda parte, con varios trabajos por determinar, puesto que algunos usos no estaban bien definidos. Mosquera dejó la incógnita en el aire y no comprometió una fecha para su realización.

Dado el gran interés que el teniente de alcalde puso en su laudatoria exposición sobre el edificio en cuestión, todo el mundo entendió que el equipo de gobierno echaría el resto más pronto que tarde y, por tanto, la fase final se acometería al año siguiente. Nadie interpretó, por el contrario, que la obra no realizada se aparcaría sine die, a la espera de tiempos mejores, por más que el equipo de gobierno del Ayuntamiento encontrara un confortable acomodo en la imponente sede de la Banca Riestra. Pero eso fue lo que ocurrió, lamentablemente.

El meollo de la cuestión está en saber cuando va a pagar esa deuda moral el gobierno de Lores y adivinar si el presupuesto municipal para 2017 incluirá o no por iniciativa de Mosquera la partida necesaria para "poñer en valor" de verdad el Consistorio de Sesmero.

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