Portos de Galicia acaba de adjudicar a la empresa Construcciones López Cao la construcción de un rompeolas en la bocana del puerto de Portonovo y que tiene el objetivo básico de proteger los pantalanes del Club Náutico de la localidad. Este proyecto, que estaba en licitación desde finales de junio, ha sido objeto de controversia entre el propio club, el Concello y Portos por las previsiones de este entidad en el municipio. El presupuesto de adjudicación es de 399.800 euros, sin el IVA y el plazo de ejecución ofrecido es de seis meses, por lo que podría estar disponible para el próximo verano.

Según la documentación técnica, el oleaje causa daños en esas instalaciones náutico-deportivas del municipio de Sanxenxo. El rompeolas diseñado será un muro flotante de hormigón de 80 metros de longitud y emplazado justo delante de los puntos de atraque del Náutico. Se instalarán "cuatro módulos tipo caja de cinco metros de ancho y veinte de longitud cada uno" y que están cimentadas "mediante líneas de fondeo formadas por cadenas de 50 metros de longitud".

El alcalde de Sanxenxo, Gonzalo Pita, mantuvo en enero pasado una reunión con el presidente de Portos de Galicia, José Juan Durán, para reclamar una reordenación del espacio portuario en Portonovo, que consideraba prioritaria sobre este dique de abrigo, por lo que en su día se solicitó su paralización. El gobierno local defendía la necesidad de modificar la distribución actual de la zona portuaria.

Esa opción fue desoída y Portos de Galicia siguió adelante con el rompeolas y defiende su utilidad para "atenuar el oleaje en una determinada área" y por ser una "alternativa a las obras de protección fijas, al tener la posibilidad de ser movilizadas con relativa facilidad y remolcadas a flote. Estas características de movilidad y flotabilidad hacen que estas estructuras presenten una serie de ventajas como la facilidad de transporte, la posibilidad de prefabricación en tierra, la modularidad y facilidad de instalación, la fácil movilización para montaje y desmontaje, requerimientos de cimentación mínimas, y permite un mayor intercambio de aguas entre la expuesta y abrigada".

Los estudios para la instalación de este dique comenzaron ya hace varios años, toda vez que se carecía de información suficiente sobre las dinámicas marítimas dentro del puerto. Tras los análisis oportunos se concluyó que los "problemas de agitación quedaron refrendados por las numerosas roturas sufridas en las instalaciones náutico-deportivas, generadas tanto por el oleaje local como por el de fondo".