No basta con la tolerancia cero, hay que pasar a víctimas cero. El cómputo de asesinadas se sitúa en 866 desde 2003 y se estima que alrededor de 2.500 en los últimos 30 años, un feminicidio contra el que clamaron ayer autoridades, artistas, profesores, estudiantes, padres y abuelos de alumnos, también mujeres que en su día fueron maltratadas y que participaron en los actos del 25-N.

Todos ellos buscaban denunciar la expresión máxima de la desigualdad, la más dramática pero en todo caso la punta de un iceberg de cientos de otras situaciones que incluyen violencia psicológica, sexual, episodios de control, menores salarios por igual trabajo, inequidad en los servicios público...

La gran mayoría de los participantes vistió de negro: desde los pequeños de 3 años matriculados en el CEIP de Pontesampaio al claustro y personal no docente del IES Torrente Ballester, a fin de llamar la atención sobre la tragedia colectiva que supone esta lacra. También los profesionales del Complejo Hospitalario de Pontevedra quisieron conmemorar el 25-N y colocaron en la zona de consultas numerosos carteles con el lema "Espazo libre de violencia machista".

Más de 200 comercios también vistieron sus escaparates de luto y las cintas "policiales" señalizaron calles como libres de violencia, mientras que otras permanecían c cubiertas de paraguas negros.

Una cadena humana convocó a decenas de escolares en el centro de la ciudad. Desde A Peregrina se repartieron en forma de brazos de estrella para visibilizar la unión contra la violencia machista y, en general, contra todo tipo de abuso contra los más débiles.

Los niños leyeron un manifiesto en la dijeron un no rotundo: no a la última muerte, no "porque en este preciso momento una mujer o una niña está siendo asesinada, violada, maltratada, acosada, mutilada, vendida, usada como esclava sexual o quemada con ácido por ir a la escuela o negarse a casarse con un hombre escogido con su familia".

Tras detallar todos los "no", dijeron si a una sociedad equitativa e igulitaria, en el que las niñas no sean moneda de cambio. "Es nuestro momento", reclamaron los niños, tenemos que ser conscientes de nuestra capacidad para cambiar las cosa, para crear en nosotras mismas y para desarrollarnos como mujeres libres, seguras, capaces, creativas y valientes".

La Diputación, por su parte, celebró en Pontevedra los actos centrales del 25-N, que arrancaron con una intervención de la artista Sax en la plaza de A Ferrería. Consistió en un gran grafiti en el que la autora no solo proyectó su denuncia contra el machismo sino en general contra la violencia ejercida sobre las personas homosexuales o transgénero.

Fue una oportunidad para que la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, recordase que no asumirse la lacra del machismo, que además de las muertas se proyecta en las 129.123 denuncias presentadas en España, de ellas 2.245 en los municipios de la provincia. De hecho el teléfono de atención a las víctimas, que no aparece reflejado en la factura, recibe cada día llamadas de 4 pontevedresas.

Las reivindicaciones se trasladaron a continuación a otros puntos de la comarca, caso de Barro, Poio o Pontecaldelas, escenario s de distintas actividades reivindicativas que lamentaron no solo la injusticia que supone el machismo sino el profundo sufrimiento que genera en sus víctimas.

De nuevo tomó el relevo la Diputación, en este caso con el acto institucional en el que la presidenta dio lectura al manifiesto consensuado con toda la corporación provincial.

Entre los compromisos adoptados por la Diputación figuran el de promover medidas contra la violencia económica sobre las mujeres, de modo que rescindirá los contratos con cualquier empresa que no cumpla con la igualdad salarial y laboral entre hombres y mujeres.

Los diputados también reclaman un acuerdo social, político e institucional contra la violencia machista que, consideran, "debería estar permanentemente en la agenda política de los partidos para llegar a ser una cuestión de Estado prioritaria".

Hicieron votos por reponer las partidas presupuestarias recortadas en los últimos años en materia de igualdad, impulsar un plan integral para prevenir y proteger del daño a menores y que se dote de recursos a la administración de justicia para luchar contra la impunidad, entre otras medidas para dar pasos hacia una sociedad más democrática y libre.