El juicio por un accidentado operativo antidroga que se desarrolló en septiembre del pasado año en la calle Rosaleda, en Vilaxoán (Vilagarcía) se celebró ayer en la Audiencia de Pontevedra. En el banquillo, un supuesto traficante al que, según la Policía Nacional, se le incautaron casi cien gramos de heroína que llevaba en una bolsa que tiró mientras intentaba huir de los agentes. Se trata de Serafín M. N., conocido como "Nani", y quien recibió dos tiros antes de ser detenido por los policías. Serafín también está acusado de atentado, dado que según la Fiscalía y ratificaron los propios agentes, los agredió y llegó a encañonar a uno de ellos con una pistola, además de mostrarse muy violento durante todo el tiempo en el que intentaban reducirlo para proceder a su detención.

La versión de los hechos que ofrece Serafín es muy diferente a la que sostiene la Fiscalía y la Policía Nacional. Insiste en que no se dedica al tráfico de drogas (sí reconoce que es consumidor desde finales de los años ochenta y afirma que no tiró ninguna bolsa con droga) y afirma que no agredió a los agentes o que, en todo caso, si lo hizo fue en defensa propia.

Señala que aquel día desconocía que aquellos hombres vestidos de paisano que cruzaron su coche ante el suyo fueran policías, a pesar de que los agentes afirman que le mostraron sus placas y se identificaron a gritos como agentes de la Comisaría. Él asegura que echó a correr "porque no sabía quienes eran" y había tenido "problemas con el exmarido de una chica con la que estaba ahora". Así que huyó y saltó un muro cayendo al otro lado lesionado. Sostiene que cuando llegaron los dos policías uno de ellos le dio un golpe en la cabeza y que él lo cogió por un pie y lo tiró. "Anduvimos a golpes todos", asegura, pero negó que agrediese directamente a los agentes y cogiese a uno de ellos con sus dos piernas por el cuello, como sostienen los policías.

También niega que, en un momento dado, hubiera arrebatado el arma a uno de ellos y hubiera encañonado al policía. Él asegura que recibió un primer disparo en la pierna y que él contestó con una patada en la mano de un agente. Afirma que recibió como respuesta "el siguiente tiro te va a la cabeza".

Los policías, sin embargo, subrayan la violencia que ejerció el sospechoso. "No había forma de domarlo", afirmaron ante el juez. El autor de los disparos señaló que, cuando vio que encañonaba con la pistola a su compañero reaccionó instintivamente disparando a la pierna del detenido. Ambos dijeron haber temido por su vida en ese momento y les sorprendió que, pese a este primer tiro, siguiese violento y persistiese en su actitud apuntando al compañero, de ahí un segundo disparo. La Fiscalía solicita una pena para el acusado de ocho años y 4 meses de cárcel por tráfico de drogas, atentado y lesiones.