Son las once de la mañana y la calle Cruz Vermella está muy tranquila a estas horas, sin apenas gente ni tráfico rodado. En el número 18 se encuentra el local de Rexurdir Provincial y en su interior tres voluntarias, Gloria Orellano, Sara Otero y Montse M.C. Organizan algunos alimentos y limpian la mesa de la pequeña cocina-salón, que ocupa la mayor parte de las instalaciones. En dos sillas descansan dos usuarios, un hombre y una mujer. No tardan en entrar un par de hombres, que vienen a desayunar. Así, a cuentagotas, transcurre una mañana normal en el bajo del colectivo, nacido hace cerca de 30 años para ofrecer ayuda a drogodependientes, pero que actualmente atiende ya a un mayor número de personas en riesgo de exclusión social o con unos recursos muy bajos para poder afrontar sus necesidades básicas.
La asociación, desconocida por una gran parte de la población, tanto su labor como su ubicación física en el centro de la ciudad, ha sido noticia estos días a raíz de la campaña iniciada por los vecinos de la zona de A Barca, contrarios a su nuevo emplazamiento, en la Rúa do Cruceiro. A través de la pegada de carteles y la recogida de firmas, muestran su "rotunda oposición" por considerar que el barrio "se va a convertir en un foco de inseguridad, afectando a la normal convivencia de los vecinos y usuarios en el entorno" de los colegios cercanos.
"Invitamos a todos a que nos vengan a conocer. A todos los pontevedreses", asegura Gloria Orellano, una de las fundadoras del colectivo y familiar de un joven que murió por sobredosis. "Mi ahijado murió por las drogas. He visto muchos casos, pero siempre tuve el convencimiento de que se pueden curar. Son buena gente, vienen por aquí a visitarnos cuando ya están curados. Cuando estuve enferma, venían a verme al sanatorio", dice emocionada.
El pequeño local, de dos pisos, ofrece servicio de almuerzo, merienda, aseo, ropa y orientación tanto social como jurídica. Tiene un horario de 10 a 12 y de 15 a 17 horas. Además, Rexurdir Provincial cuenta con un piso de apoyo social a procesos terapéuticos en otra de las calles más céntricas y transitadas de la ciudad: Echegaray.
