El subdelegado del Gobierno, Antonio Coello, inició ayer la ronda de contactos institucionales con motivo de su despedida al alcanzar la edad de jubilación el próximo 25 de noviembre. Tras visitar la Audiencia Provincial y la Subdelegación de Defensa acudió al Concello de Pontevedra en donde fue recibido por el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores. También visitó la Diputación.

Preguntado acerca de si deja el cargo con alguna espina clavada, se refirió al caso Sonia Iglesias, la pontevedresa desaparecida en 2010, un asunto en el que, "aunque ya venía de atrás", insistió que "se intentó con todos los medios" buscar alguna pista que pudiera dar con su paradero. Expresó su deseo, "sobre todo por la familia", de que el asunto pueda llegar de una vez por todas a su desenlace "y llevarles la tranquilidad".

En el lado opuesto de la balanza puso como una "gran satisfacción" la investigación desarrollada por Guardia Civil, Policía Nacional y Fiscalía que permitió desarticular el conocido como clan de Los Morones. "Esa extorsión estaba causando muchos estragos en la vida social" de la provincia, aseguró. De su posible sucesor o sucesora reconoció "no tener ni idea" de quien pude ser elegido para el cargo.