Con la Xunta en pleno proceso de estudios para implantar a medio plazo en Pontevedra y su comarca un sistema de transporte público bajo demanda, el gobierno local acaba de lanzar su propio modelo para su aplicación a corto plazo dentro del municipio. Se trata de un programa basado especialmente en el uso de taxis (al precio de un billete de autobús) para trasladar desde las parroquias hasta la ciudad, y viceversa, a los vecinos que carezcan de una linea regular de autobús.
Así lo anunció ayer el concejal de Facenda, Raimundo González Carballo, que admitió que esta decisión obedece a las peticiones de las federaciones de vecinos Castelao y Teucro, dentro de las negociaciones con ambos colectivos para incluir sus propuestas en el presupuesto de 2017.
El edil apuntó que "la gran mayoría de sus peticiones son asumibles", tanto en materia de transporte como en cuestiones relativas al saneamiento rural, reparación de calles, empleo, Monte Vivo o la creación de parques forestales. De este modo, el BNG se apunta un tanto en sus negociaciones políticas al incluir en el presupuesto buena parte de las demandas vecinales.
Desde hace dos años
El sistema de transporte bajo demanda forma parte de los planes municipales desde hace dos años, pero hasta ahora permanecía aparcado. Las exigencias vecinales y la próxima llegada de los fondos europeos del programa DUSI, permitirá ahora al Concello encargar un estudio al respecto que determine posibles rutas, si afecta a las concesiones de autobús y otros detalles.
Se da la circunstancia de que la Xunta trabaja desde hace semanas en la adjudicación de un estudio similar, pendiente de adjudicación entre al menos ocho consultoras aspirantes.
Hace casi dos años, justo antes de las elecciones municipales de 2015, el alcalde, Miguel Fernández Lores ya apuntaba en esta dirección. Tras descartar una vez más la creación de un sistema municipal propio, se insistía en un modelo en función de la demanda y basado precisamente en los taxis que "en definitiva, serían previsiblemente los más importantes prestatarios de este servicio público". Esta propuesta es la que ayer se relanzó. El modelo, organizado por el Concello, consistiría en una centralización de la demanda a través de un sistema de atención telefónica, especialmente concebido para satisfacer a los llamados "públicos cautivos" del transporte urbano, que son los que no disponen de automóvil propio, según explicó en su día el alcalde a las agrupaciones de taxistas de la ciudad.
El gobierno local recalcó ayer que "poner a rodar por las carreteras y calles autobuses vacíos es una barbaridad ambiental y económica", por lo que apuesta por la organización del sistema de transporte "a la carta".
El alcalde sostiene que, "desafortunadamente, el transporte público urbano de Pontevedra está gestionado por la Xunta mediante concesiones que fueron prorrogadas por diez años más -aunque después anuladas por los tribunales- por lo que el Concello no tiene la posibilidad de actuar sobre él, a pesar de ser una competencia municipal".
La anulación judicial se convierte ahora en una oportunidad, pero "en el caso de poder hacerlo, se impondría una profunda reordenación", al entender que el plan de transporte metropolitano de la Xunta "consiste en el fondo en obligar a los concellos a financiar, con fondos que no tienen, el abaratamiento del billete de autobús".
