El reglamento actual de mercados es de 2003, hace más de trece años y el cambio que ahora se promueve tiene el objetivo de "introducir medidas que garanticen que todos los puestos de venta estén ocupados. No parece ajustado a una explotación racional y equilibrada que haya puestos vacíos", en especial en la planta alta, que es la que se pretende revitalizar.

Sin embargo, la ocasión se aprovecha para otros ajustes, entre ellos la uniformidad y la plena información de los productos en venta, así como el régimen disciplinario. Así, se establece que todos los vendedores empleen tarjetas identificadoras, con la obligación de "diferenciar entre los productos del día y los atrasados" con el fin de mantener uno de los atractivos del Mercado.

También se incide en la "obligación de vestimenta y la necesidad de emplear ropa homologada para garantizar una correcta higiene", con el añadido de "agravar la cualificación de las faltas de decoro y respeto", en el marco de una mayor severidad en las sanciones contra los infractores.

La documentación elaborada por el Concello hace referencia a un aumento de las multas en casos como "la falta de respeto a la inspección sanitaria y a los servicios pesqueros, así como la incorrección y violencia verbal con el público y el personal de la Administración, porque son conductas de gran trascendencia para el buen funcionamiento del Mercado".