El espacio gastronómico que el Concello quiere crear en la planta alta del Mercado para atraer nuevos visitantes y clientes no puede en modo alguno competir con los actuales vendedores del recinto, hasta el punto de que si alguno de estos usos futuros coincide con las actividades que se desarrollan en la planta baja, se podrá rescindir la autorización. Así se establece en el nuevo reglamento de mercados que acaba de modificar el Concello y que está a la espera de su aprobación para entrar en vigor.

Esta nueva normativa adapta su contenido a las decisiones del gobierno local para el futuro de las instalaciones en materia de nuevos usos, ocupación de puestos vacíos y otros aspectos con los que se trata de dar un giro radical al Mercado de modo que su piso alto se convierte en un foco de atracción con productos gourmet, actividades culturales y de promoción e incluso en punto de encuentro para degustaciones y de promoción turística. Pero siempre sin afectar a los vendedores tradicionales.

Así, uno de los cambios en el reglamento establece que "las nuevas autorizaciones o concesiones que se otorguen en el primer piso solo podrán ser para actividades distintas de las que se realizan en la planta baja, para garantizar la variedad de actividades ofertadas en este mercado". Y se añade que la realización de actividades coincidentes "determinará la extinción de las autorizaciones o concesiones por causa imputable" al infractor.

Para lograr la entrada de nuevos interesados en el Mercado, siempre que asuman esa prohibición, el reglamento modifica también el sistema para acceder a un puesto y además de la concesión por 25 o más años, se introduce la modalidad de la autorización por un año (prorrogable hasta cuatro) y se regulan los traslados. Así, se apunta que "para las ocupaciones menos intensas del dominio público, que tienen un carácter provisional o de poca duración, la figura idónea es la autorización". Se trata, en esencia, de alquilar un puesto o caseta por un máximo de cuatro años a los interesados en formar parte del espacio gastronómico en marcha, diseñado dentro de un "ambiente marinero" pero sin "perder la esencia tradicional" del Mercado, de ahí que se incida en la prohibición de afectar a los vendedores de pescado y marisco, junto a otros productos, ya asentados desde hace años en las instalaciones de la calle Sierra.

Estos nuevos usos se basan en agrupar en la planta baja la práctica totalidad de vendedores actuales, para dejar libre el piso superior. Para ello se regula el sistema de traslados, que se podrán llevar acabo por resolución municipal pero motivados en "obras de conservación o mejora, necesidad de utilizar el espacio para otros fines públicos, o por una redistribución de espacios en beneficio del rendimiento comercial o el interés público". En todo caso, estos cambios de ubicación deben ser aceptados por el afectado, aunque caben excepciones al respecto.

El reglamento actual de mercados es de 2003, hace más de trece años y el cambio que ahora se promueve tiene el objetivo de "introducir medidas que garanticen que todos los puestos de venta estén ocupados. No parece ajustado a una explotación racional y equilibrada que haya puestos vacíos", en especial en la planta alta, que es la que se pretende revitalizar.

Sin embargo, la ocasión se aprovecha para otros ajustes, entre ellos la uniformidad y la plena información de los productos en venta, así como el régimen disciplinario. Así, se establece que todos los vendedores empleen tarjetas identificadoras, con la obligación de "diferenciar entre los productos del día y los atrasados" con el fin de mantener uno de los atractivos del Mercado.

También se incide en la "obligación de vestimenta y la necesidad de emplear ropa homologada para garantizar una correcta higiene", con el añadido de "agravar la cualificación de las faltas de decoro y respeto", en el marco de una mayor severidad en las sanciones contra los infractores.

La documentación elaborada por el Concello hace referencia a un aumento de las multas en casos como "la falta de respeto a la inspección sanitaria y a los servicios pesqueros, así como la incorrección y violencia verbal con el público y el personal de la Administración, porque son conductas de gran trascendencia para el buen funcionamiento del Mercado".