Esta propuesta pasa por desalojar casi por completo la planta alta, de modo que todos los puestos se concentren en la baja. Al respecto, está decidido que la lonja que se celebra cada madrugada pase a la planta baja, al igual que los dos puestos de fruta y verdura. Quedarían arriba las dos cafeterías y algún puesto de alimentación que puede encajar en el espacio gastronómico previsto.

La lonja ocupa ahora el "espacio más lucido" del inmueble y aunque se barajó su eliminación por las escasas ventas que alberga en la actualidad, se opta por su traslado a un pasillo lateral de la planta baja, destinado en su día a congelados y ahora casi sin uso.

Las dos cafeterías son de imposible traslado a otra ubicación del Mercado, pero su continuidad en el espacio actual no es incompatible con el aprovechamiento al que aspira el Concello. En cambio, sí es imprescindible cambiar los puestos de frutas que ocupan el espacio central, ya que ese lugar se quiere convertir en un escenario "multiusos y polivalente" con mesas y sillas, un estrado, casetas portátiles y otros elementos fáciles de quitar y poner en función de la actividad que se desarrolle.

Todo este proceso se puede ejecutar después de que la anterior concejala Carlota Román hubiera regularizado las concesiones, lo que permitió sacar a subasta los numerosos puestos vacíos, una proceso que no dio resultado pero que sí puso de manifiesto que la planta alta del mercado de la calle Sierra está prácticamente sin uso y sin demanda. Este nuevo proceso se plasma en la nueva normativa de funcionamiento de la Plaza de Abastos, que incluye novedades como el alquiler de puestos, muchos de ellos vacíos pese a los intentos de adjudicación.

Se trata de ofrecer espacios por dos a cuatro años a emprendedores de la ciudad que quieran montar un puesto en el mercado y después asumir una concesión tradicional si lo desean.