La cuadrilla de diez cazadores que abatió un jabalí de 164 kilos en Marín llevaba varias jornadas siguiendo la pista del animal. Los cazadores habían sido alertados por los vecinos de San Tomé de Piñeiro, la parroquia donde el animal se había "acomodado" alimentándose en las fincas de la zona.

Allí el jabalí llevaba mucho tiempo "instalado", explica un portavoz de la cuadrilla de cazadores, porque había encontrado comida abundante en los campos labrados. Los daños que provocaba en ellos llevó a los vecinos de esta parroquia a solicitar la colaboración de la Sociedade de Caza de Marín, cuyos deportistas dieron finalmente con el animal el pasado domingo, cuando lo abatieron en una zona próxima al cementerio viejo.

Antes de esta jornada habían realizado ya cinco batidas buscando tanto a este ejemplar como a cualquier otro de los que se adentran habitualmente en los campos cultivados del rural marinense.

Los integrantes de esta cuadrilla explican que el ejemplar abatido alcanzó un peso "muy poco habitual". Son 164 kilos que difícilmente alcanzan estos animales en estado salvaje. Pueden llegar hasta los 130 de forma excepcional. "Estaba bien alimentado en San Tomé", apunta un cazador.

Los integrantes de la Sociedade de Caza de Marín continuarán realizando batidas en las parroquias de Marín, a petición de los vecinos, para tratar de controlar la expansión de estos animales en los núcleos habitados.