Telesforo Nieto Gandos cumple hoy 102 años, aunque en su DNI figura que su fecha de nacimiento es el 8 de noviembre de 1915, un año antes. Fueron los contactos de su padre en el Ayuntamiento de Cerdedo y en el juzgado los que provocaron este "error de conveniencia" en su documento de identidad con el fin de evitarle asistir al servicio militar tan joven.

El alma de la residencia de la tercera edad de Campolongo se llama Telesforo y pasa del siglo de vida. Hoy está de cumpleaños, una cita que celebrará comiendo con su nieto, que ha quedado en ir a recogerle para pasar buena parte del día fuera.

Nacido en el lugar de Pedre, en Cerdedo, el anciano es ahora mismo el de mayor edad de la residencia pública. "Todos me quieren y aquí estoy muy a gusto. Se come muy bien", asegura durante su tiempo de relax en la sala común, donde aprovecha para leer la prensa local, y sin gafas. "La letra pequeña se me escapa mucho, al final voy a tener que comprarme unas", dice divertido.

No lleva mucho tiempo en las instalaciones de Pontevedra, ya que antes estaba en la residencia Virxe das Dores de Forcarei, que abandonó porque su familia vive actualmente en Sanxenxo, a 20 minutos en coche, lo que facilita las visitas al anciano. Del centro de Forcarei se fue con cierta pena, tal era su integración, y se despidió de sus compañeros y amigos, así como de los trabajadores, por todo lo alto, participando en una obra de teatro.

En su billetera todavía guarda los recortes de periódico con los reportajes que se han publicado con motivo de esa representación y los que recuerdan que ha superado los 100 años.

Si hay algo que define a este hombre, de mirada viva y abrazo fácil, son sus ganas por hacer cosas. Toda su vida la dedicó a trabajar y debía de hacerlo bien, ya que su permanencia en las empresas se prolongaba durante años. Pese a ello, su ansia por probar cosas nuevas le llevó hasta Uruguay, donde residía su hermano. A su regreso del país sudamericano, montó su propia empresa en su tierra, Nieto&Cia, con seis trabajadores. "Gané mucho dinero, y todo lo entregaba en casa", asegura.

Entre las vivencias de Telesforo Nieto figura la Guerra Civil. "En 1936 ingresé en el Ejército a servir. Era asistente de un teniente coronel. Recibí dos balazos, uno en una pierna y otro en el pecho, pero no tuvieron consecuencias para mí", dice aliviado.

Tuvo ocho hermanos, cinco hombres y tres mujeres, y es él el único que queda con vida. Con su esposa Victoria, tuvieron dos hijos, Benigno y Antonio.

El anciano pasa los días leyendo, charlando y descansando en la sala de estar de la residencia. Se encuentra bien de salud y lo único que le da la lata son las piernas. "Tengo muy bien la cabeza y el estómago. Como poco, mi fuerte es el café", afirma un hombre que dejó de fumar a los 30 años y al que, según asegura, todas las analíticas le dan bien.

Lo único que echa de menos es alguna actividad más, sobre todo, su tan ansiado teatro. "Si organizasen una obra aquí, yo me apuntaba", asevera el hombre que hoy soplará sus 102 velas.