Calabazas, esqueletos, lobos, brujas, insectos, fantasmas... Samaín tiene muchas caras, todas ellas terroríficamente divertidas, como pudieron comprobar ayer los participantes en la Festa dos Calacús, que tuvo como epicentro la plaza de Mugartegui.

Incluyó una ludoteca para los más pequeños, de 0 a 6 años, y una ruta por la llamada "Gruta das fadas", un recorrido por establecimientos emblemáticos del centro histórico, caso de la cestería Cestigar, la Droguería Moderna o la tienda de semillas Mijallas, que se completó con conciertos de Querido Extraño, la magia de Carlos Tomico o los cuentos de Arantxa Treus.

Tampoco faltaron otras actuaciones a cargo de los Gaiteiros as Rías Baixas y de Flip Corale, en una jornada en la que los mayores estaban invitados a disfrutar de una queimada y sus niños de cócteles sin alcohol. Otro de los participantes en la actividad fue la panadería Xeve, en cuyo obrador los niños pudieron iniciarse en la elaboración del pan.

Tampoco faltaron comida y bebida a precios populares o una fiesta de los espíritus en una larga jornada que buscaba trasladar a los más pequeños de la casa las tradiciones relacionadas con el día de Difuntos. Cuentan las tradiciones celtas que ayer y hoy los difuntos acuden a visitar a sus familiares vivos, en las escasas horas en las que se abre una puerta con el mas allá.