La noche en la que el grueso de los vecinos de la ciudad festejó Samaín acabó por ser terrorífica para varios locales de la ciudad, afectados en las últimas semanas por una oleada de robos. Es el caso de Ángel González, propietario de la cafetería Tiara, al que no solo han robado la caja sino "todas las bebidas duras, un montón de vino y hasta la cristalería. Empezamos en unos días el Ponte de Tapas y no sabemos ni cómo vamos a servir a la gente". Este local, ubicado en la calle Rafael Dieste, estaba ayer cerrado y mostraba un cartel donde se explicaba que la razón es que "nos han robado" y anunciaba que volverán a abrir "en cuanto nos sea posible".

Este establecimiento es uno de los más afectados por la oleada de robos y ha concitado la solidaridad de la hostelería local "a la que no puedo estar más agradecido, nos están ayudando todos, pero la verdad es que nos han machacado porque solo estamos empezando", lamenta el propietario.

Como él, numerosos hosteleros denuncian que "están entrando sistemáticamente en los locales, la pasada semana fue en varios bares y pus y ahora en más". El asunto ya está en manos de la Policía Nacional, que ayer se desplazó a los lugares afectados y trata de determinar si hay alguna conexión entre todos los robos.

Óscar Sorey, de La Posada Indiana, ha sido uno de los más afectados: el pasado domingo forzaron una de las ventanas del local y los ladrones consiguieron llevarse la caja registradora y el ordenador portamonedas. "El mismo día", recuerda, "entraron en varios establecimientos más, por ejemplo en un pub que se llama El Cielo"

Sumados a los daños, estima en alrededor de 2.000 euros las pérdidas generadas por el robo, que ha venido a sumarse a una cadena de asaltos. Los hosteleros temen que se trate del mismo grupo organizado, ya que "realizan vigilancias o es inexplicable que consigan acertar siempre con el momento en el que hay dinero en caja".

Un buen ejemplo es el pub Marilyn. Su propietario, José María Gómez, ha sufrido dos robos en las últimas semanas, uno el pasado día 12 y ayer un segundo asalto, que se produjo entre las 5 y las 8 de la mañana. "El modus operandi fue en ambos casos el mismo: reventaron la puerta trasera mediante un gato hidráulico o algo así porque es una puerta de seguridad e insonorizada", explica.

Tras el primer robo esta puerta fue reforzada, pero no consiguió evitar el segundo asalto. "La reventaron de tal manera que levantaron las bisagras y todo, se llevaron la caja y por suerte no rompieron nada del local".

Solo el cambio de la puerta, añade, supondrá "entre 2.000 y 3.000 euros, es lo que nos han dicho, porque es una puerta de un grosor de unos 6 centímetros que por dentro lleva la insonorización, pero es que la reventaron desde la base y está como medio doblada, es decir metieron algo bajo ella para hacer palanca y la doblaron".

Sumado a la rotura de la caja, José María Gómez estima que las pérdidas rondan los 5.000 euros "solo en este último robo, la caja me la había llevado y solo robaron lo que era el cambio, unos 300 euros".

Más extraño fue el robo del pasado 12 de octubre, en el que los ladrones consiguieron robar más de 1.000 euros. "Entraron entre las 10 y las 12 de la noche, que es el único momento del día en el que se deja la caja hecha para abrir a medianoche, y fue en ese momento cuando entraron".

En ese robo anterior no dañaron tanto la puerta, "solo rompieron la cerradura y entraron, se llevaron los 1.500 euros que había de caja y de cambio; reforzamos la puerta pero no nos sirvió de nada, la volvieron a reventar y entraron de nuevo". En Cielo, un establecimiento ubicado en la plaza Marqués de Aranda, emplearon el mismo sistema: levantaron la puerta con un gato o similar para acceder al interior y hacerse con la caja.