Aunque el pasado 28 de septiembre, apenas tres días después de las elecciones autonómicas, el alcalde Miguel Fernández Lores, anunciaba que el concejal Luis Bará dejaría el Concello para dedicarse en exclusiva a su nuevo puesto en el Parlamento gallego, finalmente el edil de Mobilidade continuará en la corporación municipal al menos "algunos meses más" con las mismas competencias que hasta ahora. La única variación es que Bará deja su sillón en la junta de gobierno para dar paso a César Mosquera, que regresa así a un órgano que abandonó al inicio del mandato, para centrarse en su labor como vicepresidente de la Diputación.

Se da la circunstancia de que Mosquera ya no percibe ahora salarios de ninguna de las dos instituciones (salvo las indemnizaciones por asistencias a plenos y comisiones) ya que se jubiló hace unos meses de su profesión como catedrático de instituto, un camino que también siguió el también concejal Raimundo González Carballo.

Con su continuidad, al menos de momento, en el Concello, Bará compaginará los puestos en la corporación y en O Hórreo pese a que las disposiciones internas del BNG abogan por evitar este tipo de duplicidades. Sin embargo, Lores no parece dispuesto a renunciar al trabajo del edil de Mobilidade a corto plazo, en especial ahora que se acaban de recibir 10 millones de euros para llevar a cabo actuaciones que en buena parte dependen del departamento municipal que encabeza Bará.

Ayer mismo se hizo pública la resolución firmada por el alcalde el pasado lunes donde se resuelve el cambio de Bará por Mosquera en la junta de gobierno y se modifica el reparto de áreas establecido en junio. En aquella ocasión Bará era designado responsable del área de Accesibilidad, Patrimonio Histórico y Medio Ambiente Urbano, puesto que ahora asume Mosquera, de modo que regresa así al órgano que se reúne todos los lunes, día en el que el grupo parlamentario del BNG tiene fijadas también sus reuniones de trabajo en Santiago. Sin embargo, el decreto no varía en absoluto las competencias de cada uno, de modo que Bará continúa con movilidad, accesibilidad, zonas verdes y parques, transporte público y otros ámbitos parecidos, y Mosquera mantiene ordenación del territorio, infraestructuras, ordenación general de la movilidad y proyectos integrales de urbanización y reurbanización.