La joven de 23 años en cuya vivienda del lugar de O Marco plantó fuego su exnovio el pasado domingo vivió ayer una mañana angustiosa. Según ella misma explicaba a las puertas del juzgado de guardia, tener que revivir ante la juez lo sucedido en los últimos días la llenó de pesadumbre. Pese a ello, y manteniéndose en el anonimato, accedió a relatar cómo se siente tras lo sucedido. "Tengo miedo", reconoció, "quieres ser fuerte, quieres tirar para delante pero no puedes aguantar esta situación", explicaba ayer ante el juzgado.

Reconoce que la relación con su exnovio fue tormentosa durante muchos momentos en los dos años que estuvieron juntos, conviviendo "casi desde el primer momento". Y también asume que esto no fue solo "por culpa de él". Asegura que había disputas y discusiones en las que "andábamos por casa destrozando todo y yo también acabé por destrozar un espejo con la cabeza".

Se distanciaron "un par de semanas para ver si todo volvía a la normalidad" y más tarde regresaron y permanecieron juntos una temporada "pero luego volvió todo a lo mismo de antes, a los gritos, las peleas y los insultos", aseguró. "Intentas llevarlo con calma, no cogerle miedo, no tener malos prejuicios contra él pero llegado a este nivel tanto como se le fue la cabeza no se puede hacer otra cosa que denunciarlo".

Relató el incidente del domingo, en donde, según su versión, el joven acudió al lugar de trabajo de la chica en Xeve "para decirme que me iba a robar mi perro, insultándome y llamándome de todo, diciéndome que yo no valgo para nada".Tras amenazarla se marchó. "Pensé que podría ir por casa y romper algo, pero cuando me llamaron los bomberos y me dijeron que mi casa estaba llena de fuego fue cuando ya me dije que todo esto pasaba de castaño oscuro", explicó. "Perdí todas mis pertenencias que tenía a la vista", lamentó.

"Que la Justicia lo cambie"

Reconoce que su exnovio "no tuvo un pasado muy fácil" y que "intenté cambiarlo, llevarlo por el buen camino y como no se dejó decidí acabar con la relación y él no lo entendió". Ahora asegura que "lo que espero de la Justicia es que realmente lo cambie, que vea que esto no se le puede hacer a una mujer". "Las mujeres estamos aquí también para ayudar, no solo para que se nos maltrate o se nos use como trapos", añadió.

Esta joven asegura que pese a la difícil relación entre ambos nunca pensó que su exnovio pudiera llegar a este límite, aunque "luego piensas toda la noche que podías estar dentro tú, que te pudo pegar cualquier cosa y dejarte dentro y quemarte dentro de casa". Con todo, afirma estar segura que esta nunca fue la intención del detenido. "Sé que fue solo ese momento en el que se le fue la cabeza". En cualquier caso, asegura que en los últimos tiempos su exnovio llegó a "acosarme, a seguirme, a mirar con quien subía o bajaba, o a quien metía en casa".

"No lo quiero en Pontevedra"

Ahora insiste en que está atemorizada y por eso "pedí exclusivamente que no lo quiero cerca de mí, no lo quiero ni en Pontevedra, él no es de aquí, y lo pedí por favor que no se pueda acercar a Pontevedra por lo menos durante una larga temporada, por lo menos mientras busco un sitio donde meterme para que no me encuentre".

La joven asegura que después de este último suceso "lo voy a dejar todo, cambiar de casa, voy a cambiar incluso de trabajo para que no sepa donde estoy y que no pueda seguir persiguiéndome, buscándome y vigilándome".

Un psiquiatra y no la cárcel

A las puertas del juzgado, familiares del joven detenido, también aportaban su versión. Acusaban a la joven de mantener una relación "enfermiza" con el arrestado "en la que una noche le decía te quiero y a la mañana siguiente no". Aseguran que todo esto afectó mentalmente al detenido, de 21 años, "que no es una persona psicológicamente sana, padece de los nervios" y que reaccionó "cometiendo un error" cuando "la cabeza ya no le dio más". Pero insisten en que "no es un criminal ni nada parecido". "Él no necesita ir a al cárcel", añadió, lo que necesita es un psiquiatra que le ayude a estar bien", explicaron.