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Revés al sector pesquero en la ría de Pontevedra

Las escasez de sardina, jurel y caballa desploma las ventas de las lonjas de Portonovo y Pontevedra

Las subidas en las de Marín, Campelo y Vilaboa no logran compensar el descenso del 38% de la sanxenxina y del 19% en el mercado de la capital - La facturación total en la comarca solo creció un 1% en los primeros diez meses del año

Venta de sardina en un puesto de la Plaza de Abastos de Pontevedra. // Rafa Vázquez

El conjunto de las lonjas de la comarca de Pontevedra vendieron desde el 1 de enero hasta ayer domingo, 23 de octubre, 3.452.734,50 kilos de diferentes especies, una cantidad significativamente inferior al mismo período del año pasado, cuando se habían vendido 4.464.473,26 kilos. Este descenso de más de un millón de kilos supone un 22,7 por ciento menos en las ventas en peso respecto a 2015 y se debe a la escasez en la ría de sardina, jurel y caballa.

Según los datos aportados por la Consellería do Mar de la Xunta de Galicia, relativos a las lonjas de Marín, Portonovo, Campelo, Vilaboa y la Plaza de Abastos de Pontevedra, la gran bajada durante estos casi diez meses se debe, esencialmente, a la reducción en la venta total de kilos de pescado y marisco en la lonja sanxenxina. En estas instalaciones se vendieron en lo que va de año algo menos de dos millones de kilos de producto, frente a los 3.221.480 del mismo período del año anterior. Son más de 1.229.000 kilos de diferencia, es decir, un elevado 38 por ciento.

Estas cifras son solo un reflejo de una realidad que mantiene preocupada a la Cofradía de Portonovo y que se deben a la escasez en la ría de tres de las especies más demandadas en el mercado: sardina, jurel y caballa.

"Lo que más facturamos son pescados de cerco, el 80 por ciento son sardina, jurel y caballa, que escasean en nuestra zona de pesca, de ahí que muchos de los barcos trabajen ya en las del norte, desde A Coruña hasta el País Vasco", explica José Antonio Gómez, patrón mayor de Portonovo.

Esta situación provoca que los marineros descarguen ya las capturas en los puertos más cercanos, los de esas localidades, ya que no tienen ninguna obligación de hacerlo en la cofradía a la que pertenecen.

Estas especies se dan entre los meses de la primavera y principios del otoño, de ahí que la Cofradía de Portonovo haya perdido ya la esperanza de remontar ya las cifras de venta de este año y, por tanto, de ingresos.

No existen causas visibles de la escasez de este tipo de pescado en la zona de faena de los barcos, ya que "son especies que emigran y de repente se van". "Ahora ha cuadrado así, ha sido una época muy mala, pero, por ejemplo, el año pasado ocurrió todo lo contrario, la sardina, el jurel y la caballa se habían concentrado en la ría, el recurso se encontraba a media hora de nuestro puerto", asegura el patrón mayor de Portonovo.

Además, a este revés hay que sumar las limitaciones que el sector tuvo este año por la cuota, añade.

La venta por kilos también disminuyó en la lonja del Mercado de Pontevedra, aunque la reducción fue menor, de un 19 por ciento. En la plaza de abastos de la capital se habían vendido entre enero y el 23 de octubre del año pasado 9.240 kilos de producto, mientras que este año han sido 7.469 kilos, aunque al tratarse de cantidades menores, la diferencia solo ha sido de 1.771 kilos.

De forma muy diferente se comportaron las lonjas de Marín, Campelo y Vilaboa, en las que aumentaron las ventas considerablemente, aunque no lograron compensar la bajada sumada entre Portonovo y Pontevedra. En el caso de Marín, el crecimiento fue de casi un 13 por ciento, al venderse en los diez primeros meses del año más de un millón de kilos, una cifra que supone una subida de 126.624 respecto al mismo período de 2015.

En Campelo el crecimiento en las ventas fue todavía mayor, de un 31,7 por ciento, aunque el aumento solo fue de 68.355 kilos, ya que el volumen de ventas en esta lonja es muy inferior a las de Marín y Portonovo. En total, en la poiense se vendieron en lo que va de año 283.894 kilos, frente a los 215.539 del 2015.

Por último, en la de Vilaboa, la que menor volumen maneja, se han vendido 58.568 kilos, 23.394 más que en los mismos diez meses del año anterior, lo que deja una diferencia de un elevado 66,5 por ciento.

Obviamente, los ingresos en el conjunto de las lonjas se resintieron con esta bajada, de modo que solo aumentaron un 1 por ciento este año respecto al anterior y en ambos casos superaron por poco los siete millones de euros.

La mayor bajada, claro está, se produjo en la lonja de Portonovo, que pasó de facturar más de dos millones 300.000 euros en 2015 a 1.733.000 este año, esto es, un 26,7 por ciento menos.

En cuanto a Pontevedra, ingresó en los diez primeros meses de este año 110.841 euros, 12.710 menos respecto al año pasado, un 10,2 por ciento.

Aumentaron sus facturaciones Campelo, un 25 por ciento más, con 2.384.000 euros en lo que va de año, y Vilaboa, un 75 por ciento, con 572.698 euros. Marín se mantuvo con sus cerca de dos millones y medio de euros, al igual que en 2015.

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