- Ha calificado de "cacicada" proyectos de la Xunta como el de la carretera PO-234 y ha pedido la intervención de la Diputación para paliar este tipo de "discriminaciones" hacia Ponte Caldelas. ¿Cómo sería esa intervención?

- Ponte Caldelas está sufriendo la discriminación de la Xunta y esa discriminación la puede corregir la Diputación en los próximos presupuestos. Creo que después de la gestión caciquil y chapucera de Rafael Louzán, lo que están haciendo Carmela Silva y César Mosquera es impresionantemente mejor, un soplo de aire fresco de una calidad democrática, de gestión e institucional impensable hace algunos años en esta institución. No se trata de compensar el pasado de Louzán, sino el presente de Rueda y de la Xunta, que a través de sus distintas consellerías se dedica a repartir para los ayuntamientos del PP a través de convenios, como ya se ha visto en la campaña electoral. Creo que la Diputación debe equilibrar esa desigualdad entre municipios de la provincia que está creando la Xunta.

- ¿Qué harán con el asunto del crematorio que les aupó al gobierno local?

- No creo que fuera solo eso, hay un trabajo muy serio de oposición detrás. En todo caso estamos estudiando iniciativas para modificar esta situación en el polígono de A Reigosa, para que ciertas empresas no tengan acogida en este polígono, que es atípico. Se creó para complementar O Campiño, que estaba lleno, pero el problema es que este polígono está a poca distancia de las viviendas, entonces debemos tener una especial protección con los vecinos del entorno y también con las empresas que ya están allí, porque queremos un polígono limpio, manufacturero, no un polígono sucio. Para eso hay que limitar los usos y en ello estamos.

- ¿Cómo se encontró el Concello cuando llegó a la Alcaldía?

- Me encontré ordenadores formateados y tres folios sobre la mesa. Partimos de cero en todo. Nos encontramos un déficit en todos los pueblos y muchísimas chapuzas, además de una deuda económica enorme. La gestión económica fue muy irresponsable y ahora tenemos que reconducirla. Yo sé que reducir la deuda en 300.000 euros en un año la gente no lo aprecia porque no se ve, no es una obra que todos vean, pero es algo muy importante, es casi un milagro. El problema de Ponte Caldelas es que hasta ahora tenía una Alcaldía dinástica. Pensaban que no los iban a sacar de ahí en la vida y estaban tan acomodados que pensaban que podían hacer lo que querían. Y de ahí viene toda esa irresponsabilidad.