Casi anticipándose a la primera alerta por lluvias que se decreta en la provincia este fin de semana en medio de un otoño más bien seco, el Diario Oficial de Galicia publicó el pasado lunes el nuevo Plan Especial de Protección Civil ante o Risco de Inundacións de la Xunta. Un documento que establece de forma definitiva las zonas de riesgo por anegamiento en caso de fuertes lluvias o temporal en la mar. El documento es fruto del trabajo que viene desarrollando Augas de Galicia durante los últimos años y que incluyó una evalución preliminar de las zonas inundables, para finalmente determinar en este plan los riesgos existentes y las acciones a desarrollar. El plan señala que en la comarca se han detectado 18 áreas con riesgo de inundación, aunque tan solo en una de ellas se decreta un riesgo alto. En total son 40 kilómetros de tramos fluviales en una decena de concellos del área de influencia de la capital que, en base al estudio de las precipitaciones e inundaciones sufridas históricamente y a la orografía, se califican en cuatro niveles de riesgo, desde el muy bajo al alto. Hay también hasta cuatro ayuntamientos de la comarca (Cotobade, A Lama, Campo Lameiro y Moraña) en el que no se aprecia riesgo ninguno de inundación.

Estos casi 40 kilómetros de cauces con riesgo de inundación están repartidos entre 18 Arpsis (Áreas de riesgo potencial o significativo de inundación). De todas ellas, tan solo una, de casi 8 kilómetros de longitud, está catalogada como de riesgo alto de riada en este plan de la Xunta. Se trata del tramo del Umia que discurre entre los ayuntamientos de Caldas de Reis y Portas.

En cuanto a niveles de riesgo, la segunda con más posibilidad de riada es una área que se ubica en la capital y que afecta a los dos cursos fluviales que atraviesan el entramado urbano pontevedrés: el Lérez y el Gafos. Está catalogada como de riesgo medio, en función de los datos históricos de precipitación, y tiene una longitud de 8,6 kilómetros entre los dos cauces fluviales.

El resto de las zonas con altas posibilidades de inundación tienen riesgo bajo o muy bajo. En el municipio de Pontevedra existe otro tramo, en el Rego da Granda, que baja desde el Pontillón hacia la ciudad. Su nivel de riesgo es bajo.

En Poio, sin grandes cursos fluviales, sí hay numerosos "regatos" que por la fuerte pendiente al descender del Castrove hacia el mar provocan riesgo de inundación, aunque en todos ellos es "muy bajo", según este plan. Son un total de cinco y tres de ellos no superan los 500 metros de longitud, como los regos de Cancela, Covelo o Esperón. Los más largos son los de Vilariño (con 3,8 kilómetros de zona con posibilidad de anegamiento) y el de O Muiño (1,2 kilómetros).

En Sanxenxo se detectan dos puntos conflictivos, el Rego de Nanín y el de Baltar con algo más de dos kilómetros de longitud entre los dos y un riesgo bajo; en Marín se incluyen en este plan 2,6 kilómetros del río Lameiriña y 1,2 del Loira (también catalogados como riesgo bajo) y en el río Verdugo se hace referencia a un tramo de kilómetro y medio a su paso por Ponte Caldelas que habitualmente también causa desbordamientos. Con todo, el riesgo también se califica como bajo.

En Barro el río Agra es susceptible de desbordamiento en 2,9 kilómetros de su trazado y en el río Gallo en Cuntis se señalan 1,8 kilómetros conflictivos a su paso por el municipio, lugar de frecuentes inundaciones. Es por ello que este último es, junto a Pontevedra, la única arpsi catalogada como de riesgo "medio".

Por último, en cuanto a las zonas fluviales, algo similar a Poio ocurre en Vilaboa. De la sierra de O Morrazo bajan hacia al mar al menos dos arroyos con riesgo de causar anegamientos, (aunque es calificado como muy bajo) que son el Rego Pousadas y el de Riomaior, este último en más de dos kilómetros de recorrido.

Peligro en el mar

El informe también recoge aquellas zonas del litoral con grandes posibilidades de sufrir inundaciones por efectos del oleaje. En la ría de Pontevedra tan solo hay una zona declarada de riesgo, son 10,3 kilómetros de costa entre Marín y la capital de la provincia aunque se señala que el riesgo es bajo. De hecho son habituales los cortes de tráfico en la autovía de Marín cuando la pleamar coincide con temporales marítimos y fuerte oleaje.