El gobierno local empieza a reformar el programa Camiños Escolares, para ir prescindiendo progresivamente de los monitores que ayudan a cruzar a los niños. Se ahorra así los 34.000 euros que el Concello paga al año a la empresa Anias por este servicio y que hasta ahora el gobierno local nunca quiso reconocer. La labor que realizan estos colaboradores se presentó en su día como un voluntariado, pero en la práctica se contrató a personal de esta empresa de servicios para guiar a los niños en sus trayectos diarios entre su casa y el colegio.

Tras desvelar FARO en septiembre de 2014 que los llamados "voluntarios" eran en realidad asalariados de una empresa de gestión sociocultural, el gobierno local nunca quiso desvelar el contenido de este contrato y el coste que supone para las arcas públicas. El grupo municipal del PP denunció en varias ocasiones este asunto, ante la opacidad demostrada por el gobierno local al respecto.

También el servicio municipal de Intervención puso reparos a la contratación de los Camiños Escolares, servicio que "ya se prolonga en el tiempo" -exponía el informe de Intervención- y que nunca salió a concurso ya que hasta este año se venía contratando de forma directa, por una cuantía que hasta ahora el gobierno local no había desvelado.

Al presentar la reforma del programa, la teniente de alcalde Carme da Silva admitió ayer que los "voluntarios", ahora "monitores", suponen un coste para el Concello de 17.000 euros por cada uno de los dos períodos escolares del año entre vacaciones, es decir, entre septiembre y diciembre y de enero a junio.

En todo caso Da Silva aclaró que no se suprime este servicio por "una cuestión de dinero", ya que esta cantidad no es en absoluto gravosa para el Concello, al margen de que el programa de Camiños Escolares cuenta ahora con la financiación de los Fondos DUSI de Desarrollo Urbano Sostenible, de la Unión Europea.

Por otra parte, la concejala aseguró que la supresión "paulatina" del trabajo de los monitores representa un avance del programa, en el que se pretende que los escolares "vayan asumiendo responsabilidades", siendo cada vez más autónomos y conociendo las calles y la ciudad, además de avanzar en su socialización. En todo caso seguirán contando con el apoyo de la Policía Local en los cruces que puedan ser más peligrosos, junto al de los vecinos, comercios y locales de hostelería que sigan colaborando con el programa.

En estos establecimientos se instalarán unas nuevas pegatinas, para que los escolares sepan a dónde tienen que dirigirse si tienen algún problema.

Tonucci

Carme da Silva explicó que durante la reciente visita del psicopedagogo italiano, Francesco Tonucci, el gobierno local coincidió con él en que el programa debe "avanzar" para lograr que los niños puedan caminar realmente solos por la ciudad. Con esta reforma los escolares tendrán que asumir responsabilidades como saber por qué calles tienen que ir, comprender y respetar los semáforos y las restantes normas de seguridad vial.

Por otra parte, se desarrollarán actividades extraescolares con los chavales destinadas a incrementar su conocimiento de la ciudad y de sus propios compañeros de otros colegios, para que entre todos se autoresponsabilicen de su trayecto diario al colegio.

En todo caso el programa se seguirá extendiendo a los centros escolares del ámbito rural, por ahora con monitores, y en casos como el del barrio de Monte Porreiro se mantendrá este servicio, porque allí sí son voluntarios (vecinos y familiares), al margen de que las calles de esta urbanización no son todavía tan seguras como las del centro de la ciudad, según explicó la concejala.

Carme da Silva argumentó este cambio en el programa como "un paso adelante" ya que los Camiños Escolares entran "en un proceso de actualización y ampliación que quiere implicar no solo la comunidad educativa si no la sociedad en general.