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Un "trozo" de Tierra Santa en San Adrián de Cobres

El párroco, que vivió ocho años en Jerusalén, abre una exposición de tallas de madera de olivo y objetos procedentes de Israel

Ángel Tabarés, con su madre, en Jerusalén, hace 5 años. // Archivo familiar

Un pequeño Jerusalén en San Adrián de Cobres. Así se convertirá el domingo 23 esta parroquia de Vilaboa con la exposición que organiza el cura Ángel Tabarés Goldar, que tras vivir ocho años en Jerusalén, sigue conservando fuertes vínculos con esta ciudad y toda la Tierra Santa,. Es tanta la vinculación que ha organizado una muestra en la que se podrán ver una veintena de tallas religiosas realizadas en Israel con madera de olivo, que fue reuniendo a lo largo de su estancia en el país, además de restos de piedras de los lugares bíblicos y objetos típicos de distintas ciudades y que recrean el ambiente de las casas de oriente, como cojines y telas. La exposición ya se puede visitar desde hoy, de 10.00 a 13.00 horas en Domaio, donde también ejerce como párroco. La próxima semana se traslada a Cobres.

Entre los objetos se puede ver una lámpara de aceite de Taybe, una ciudad cristiana palestina, incienso que se quemará como en las casas de Jerusalén o granitos de mostaza, que aparecen en el Evangelio, asegura el párroco. Habrá restos de rocas, añade, de la zona en donde se plantó el árbol de la Cruz, del lugar del desierto en donde Jesús tuvo las tentaciones y, entre otras, algunas procedentes de la peña del Monte del Calvario, de Jericó. Ángel Tabarés espera acabar a tiempo una maqueta de un templo en tiempos de Jesús que adquirió y que él mismo está montando para la exposición.

Viaje con vecinos

Siempre que puede el párroco de San Adrián de Cobres y Domaio, que en diciembre cumplirá un año al frente de ambas parroquias, vuelve a a Jerusalén. De hecho está organizando un viaje de una semana, del 26 de diciembre al 2 de enero, para los vecinos que quieran acudir para conocer los lugares santos y que anunciará mañana en la misa.

El párroco acaba de obtener el título de guía de Tierra Santa, que le acredita para enseñar a grupos de peregrinos y que lo entrega el Patriarcado latino de Jerusalén o arzobispo de Jerusalén.

Ángel Tabarés se ordenó sacerdote hace 25 años en Santiago y tras pasar por varias parroquias como Santa cruz de Oleiros, en A Coruña, Gondomar, Vigo, Panxón y en la zona de Noia, decidió irse a Jerusalén para realizar estudios de la Biblia. Permaneció 8 años hasta 2013, cuando regresó a Galicia. Fue destinado por varias parroquias: Arcos da Condesa, Briallos, Barro y Agudelo hasta su nombramiento como párroco de Domaio y San Adrián, sustituyendo a su anterior titular, Samuel Aristizábal, que retornó a su país de Colombia tras sufrir una paliza por parte de jóvenes rumanos cuando se encontraba durmiendo en la casa parroquial.

En Jerusalén, Tabarés Goldar vivió en una residencia de la Universidad de Salamanca, que estaba desocupada, al encontrarse en una zona conflictiva de la ciudad, junto al muro. La residencia ha vuelto a tener actividad, labor bíblica y acoge a estudiantes, asegura.

Reconoce que siempre fue "insensato con los peligros" y que cuando llegó a la Ciudad Santa era un momento de muchos atentados. Dice que la gente vivía con miedo, aunque Israel endureció las medidas de seguridad, se hizo el muro, se cercó Belén y aunque se "fastidió" a mucha gente se cumplió con el objetivo de la seguridad.

En Jerusalén se dedicó a realizar estudios bíblicos en la Escole Biblique y de acuerdo con el Patriarcado Latino se encargó de visitar las cárceles del país, como voluntario, para dar apoyo a los cristianos que estaban presos: "Fue una labor muy apreciada por los que están en prisión y para sus familias fuera. Mediábamos entre los presos y sus familias para cubrir sus necesidades".

En la actualidad, el párroco de Cobres prosigue sus estudios de investigación realizando doctorado de interpretación de la Biblia (Exégesis bíblica) en la Universidad de Damasco en Madrid.

Hace tan solo un mes que estuvo de viaje en Jerusalén y se encontró una ciudad "sosegada" en la que ni palestinos ni judíos tienen a los turistas como enemigos. Está el ejército desplegado, pero se vive con su presencia en una sociedad serena". Considera importante que la gente viaje a Jerusalén "por su cultura milenaria y por lo que ofrece desde el punto de vista social y religioso".

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