En menos de un lustro, en 2020, Pontevedra y su entorno más inmediato contará con la misma población que en la actualidad, alrededor de 122.000 habitantes, pero más del 22% de todos ellos (más de 27.000) serán personas de 65 años o más, es decir, en edad de jubilación. Esta cifra supone un aumento del 10 por ciento en esta franja de población en apenas cinco años, según las últimas proyecciones demográficas del Instituto Galego de Estatística, que ponen de manifiesto un drástico descenso de la natalidad en la comarca, que está conformada, para los estudios del IGE por los municipios de Pontevedra, Barro, Campo Lameiro, Cotobade, A Lama, Poio, Ponte Caldelas y Vilaboa.

Así, si en la actualidad este instituto contabiliza en estos ocho municipios un más de 5.100 niños entre 0 y 4 años, en menos de un lustro esa cifra apenas llegará a los 4.400, casi 800 menos que ahora. De hecho, sobre un censo total de 22.300 menores de edad (entre 0 y 19 años) contabilizados ahora en la comarca, en 2020 la previsión es que apenas se llegue a los 21.700, un 2,5% menos que en la actualidad.

En el otro lado de la moneda, la de mayores de 65 años, el IGE detalla un aumento vertiginoso de casi 500 jubilados más cada año, al pasar de los 24.800 actuales (un 20% de la población total) a los 27.200 que se calculan para 2020. Para 2024, el fenómeno se agudiza, ya que Estatística calcula que habrá apenas 20.400 menores de 19 años (el 17% del censo total), mientras que los jubilados crecerán hasta poco menos de los 30.000, el 24% de todo el padrón.

Uno de los datos más esclarecedores sobre la evolución de la población en la comarca es el de la tasa de envejecimiento, aquella que compara el número de mayores de 65 años con el de menores de 20. Si a día de hoy hay alrededor de 115 jubilados por cada cien jóvenes, dentro de una década esa tasa llegará a 145, un aumento espectacular teniendo en cuenta que Pontevedra es una de las áreas menos envejecidas de Galicia, especialmente la capital y Poio.

Además, se pone de manifiesto que los vecinos cada vez fallecen más tarde, lo que provoca un potencial aumento demográfico por ese lado, pero los nacimientos se reducen año tras año, con lo que no existe tal crecimiento vegetativo. La tasa bruta de natalidad actual (número de nacimientos por cada mil habitantes) es de algo más de siete, pero dentro de diez años apenas estará por encima del 5,5. Por su parte, la tasa bruta de mortalidad (fallecimientos por cada mil habitantes) pasará de 9 a 10. El estudio del IGE pone de manifiesto que los 890 nacimientos anuales en la comarca se reducirán a menos de 700 dentro de diez años.

Una consecuencia directa de este envejecimiento de la población es una mayor presión sobre los presupuestos para las pensiones, un apartado en el que Pontevedra en particular y Galicia en general se sitúa a la cabeza de España en número de pensionistas, pero a la cola en lo que se refiere a su cuantía.

La pensión contributiva media de la Seguridad Social en Pontevedra se sitúa en poco más de 950 euros, con una sustancial diferencia entre los hombres (1.110, euros) y las mujeres (menos de 800 euros). Estas cifras sitúan a la capital del Lérez como la segunda ciudad de Galicia con las pensiones más bajas, solo por delante de Ourense (unos 870 euros de media), según se detalla en el "Panorama dos sete grandes concellos" del IGE.