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Los nuevos (y viajeros) vecinos

Los ornitólogos avistan en la ría, por primera vez en la Península, ejemplares anillados de aves groenlandesas

Algunos de los ejemplares de barnaclas clarinegras groenlandesas avistadas en la ría, entre ellos el adulto anillado. // Vítor Xosé Cabaleiro Barroso

Por primera vez han sido avistados en Galicia ejemplares anillados de barnaclas carinegras, unas aves procedentes de Groenlandia que han sorprendido a los ornitólogos con su presencia en la ría de Pontevedra. "Se sabía, o más bien se sospechaba, que muy posiblemente se acercaban hasta la Península Ibérica, solo se habían observado y en muy bajo número, pero ésta es la primera vez que logramos probar científicamente mediante el anillamiento de uno de los ejemplares de ese paso al sur de Europa", explica el biólogo Vítor Xosé Cabaleiro Barroso, anillador científico de aves silvestres del Grupo de Anelamento Anduriña.

Éste ha sido el primer profesional en localizar y fotografiar al grupo de aves, que ayer también se encontraban en la ría de Pontevedra y que ha captado la atención de los científicos, de modo que en los últimos días una veintena de ornitólogos se han desplazado hasta la ensenada de A Seca, entre Campelo y Combarro, para observarlas y fotografiarlas.

Los investigadores habían constatado la presencia de algunos ejemplares de esta subespecie en el sur de Francia pero no así en la Península.

Siguiendo un proyecto científico británico, estas aves son anilladas en Irlanda, en Islandia, donde también pasan varios meses dependiendo de la dureza del invierno, y en el alto Ártico canadiense, donde crían.

Una de las barnaclas localizada en la ría fue anillada en Dublín y los científicos están convencidos de que todo el grupo se desplazó desde Irlanda por los fuertes vientos que se produjeron el pasado mes de septiembre entre las Islas Británicas y la Península. "Fue un chorro de aire muy fuerte, una especie de autopista de vientos en línea recta entre Irlanda y Galicia, lo sabemos por una aplicación que tenemos y de la que también hacen uso surfistas, navegantes etc, de modo que la bandada debió de coger ese viento y desplazarse hasta aquí", explica Vitor Xosé Cabaleiro.

Los científicos irlandeses confirmaron a sus homólogos gallegos que ha sido un buen año de cría para esta especie, si bien están sorprendidos del elevado número de ejemplares que integran esta bandada, una pareja de adultos y 5 juveniles cuando habitualmente no incluyen más de uno o dos pollos.

"Estas barnaclas tienen dos subespecies, una cría en la zona norte de Europa, en el área de Siberia, y es un poco más común como invernante, sin embargo estas que ahora se avistan en Galicia, que son barnaclas hrotea, la llamada barnacla carinegra groenlandesa, cría en Groenlandia y en el alto Ártico de Canadá", explica el anillador científico.

Éste constata como muchos profesionales de la ornitología que se trata de "una subespecie muy infrecuente en Galicia, es irruptiva en algún otoño, puede venir algún ejemplar por condiciones de viento u otras causas, y muy rara en invierno, pero puede verse algún individuo suelto invernando".

Vítor Xosé Cabaleiro descubrió los ejemplares durante una jornada de censado en la ría. "Analizaba otros ejemplares en esa zona intermareal de A Seca, que es muy rica en aves, y vi que una barnacla estaba anillada", detalla.

Se los identifica mediante anillas de lectura a distancia, de modo que no se necesita capturarlos sino que pueden ser observados haciendo uso de telescopios y objetivos.

¿Por qué las barnaclas eligen este espacio natural de la ría? Porque "se alimentan de algas, del alga zoostera, ellas lo que hacen es pastar y van comiendo las algas en marea baja", señala el biólogo, uno de los científicos que también se felicita por el hecho de que las aves procedan de la tundra, zonas donde no hay humanos, "con lo que con aún algo confiadas y se dejan ver relativamente cerca, a diferencia de otras muchas especies, por eso las han ido a ver tantos ornitólogos".

Los expertos aprovechan el avistamiento para recordar la importancia de proteger ecosistemas tan sensibles como la zona intermareal de A Seca y la riqueza que suponen, "tanto para extraer marisco como para garantizar la vida de otras especies; en concreto ésta es una zona muy rica como espacio de parada de aves y todo un tesoro para nuestra comarca", un espacio natural que estos días da la bienvenida a los nuevos y viajeros vecinos de la ría de Pontevedra.

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