La última oportunidad que tenían los concellos de obtener fondos europeos directo ha tenido final feliz. Pontevedra y Marín, los dos únicos municipios de la comarca que optaban a estas ayudas, recibieron ayer la confirmación de que ingresarán en los próximos cuatro años, hasta 2020, una extraordinaria inyección económica conjunta de 15 millones de euros de fondos europeos Feder para planes, obras y programas de desarrollo urbano sostenible, recuperación del espacio público y medidas de carácter social y tecnológico.

Ambos municipios han sido seleccionados para formar parte del plan DUSI activado por la Unión Europea y el Gobierno central (encargado del reparto final), que ha otorgado a Galicia un total de 83,1 millones de euros repartidos en 18 programas de otros tantos concellos. La resolución del Ministerio de Hacienda, publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado, detalla que en la provincia de Pontevedra son 55 los millones que se entregarán a Pontevedra (10 millones), Marín (4.997.945,6 euros), Vigo (15), Redondela (5), Lalín (5), A Estrada (5), Ponteareas (5) y Vilagarcía de Arousa (5). La urbe olívica es la ciudad que obtiene una ayuda de mayor calado en Galicia, y a continuación aparece Pontevedra, al mismo nivel que Santiago y Lugo. Las candidaturas de A Coruña, Ourense y Ferrol han quedado excluidas.

Este volumen de ayudas europeas es el más importante que obtiene la ciudad desde que en marzo de 1998, hace casi dos décadas logró una aportación parecida del Plan Urban, que sirvió de arranque para recuperar el centro histórico y fue el germen del modelo urbano de peatonalizaciones y restricciones del tráfico rodado aplicado desde 1999 por el BNG. Precisamente con estos fondos Feder se pretende extender ese mismo modelo a barrios y parroquias. De hecho, el programa pontevedrés se denomina "Más modelo Pontevedra". En Marín, con el programa Marín 2020", la intención es potenciar la movilidad sostenible y aplicar acciones de preferencia peatonal, entre otros muchos objetivos.

Y es que este programa DUSI abarca una amplia variedad de iniciativas, desde la administración electrónica a la recuperación de espacios degradados. Los trabajos para optar a estos fondos comenzó a mediados de 2015 y las candidaturas se presentaron al Gobierno central en enero de este año. Se aguardaba una respuesta para principios de verano, pero la inestabilidad política retrasó hasta ayer la respuesta.

Mientras Marín obtiene la totalidad de los fondos solicitados, Pontevedra aspiraba a 15 y solo logra 10. Es el 80% del presupuesto total, ya que cada concello debe aportar el 20% restante desde ahora hasta 2020: 2,5 millones en el caso de Pontevedra y 1.250.000 por parte de Marín. Las obras pueden ejecutarse hasta diciembre de 2022.

Gran variedad de propuestas

Eliminar el foco chabolista de O Marco, revitalizar por complejo el Mercado, activar el parque forestal de A Fracha, extender el modelo urbano a las parroquias de Salcedo, Lourizán, Tomeza y Marcón, actuar en el barrio de O Burgo y en el entorno del río Lérez son algunos de los planes de mayor envergadura presentados al programa europeo. Al recibir menos fondos de los esperados, Pontevedra deberá realizar una "readaptación" de sus pretensiones, si bien se dan por seguras actuaciones como la peatonalización del puente de O Burgo o la plena implantación de la administración electrónica, según explicó ayer el concejal que impulsó este plan, Luis Bará. Curiosamente, su próxima marcha al Parlamento gallego impedirá a Bará encabezar su aplicación y puesta en marcha.

Un reparto definitivo

La estrategia, basada en los ejes de "ciudad inteligente, sostenible e integradora", está definido desde hace un año, con las prioridades de actuar en el norte del casco viejo, el entorno del Mercado y del río y el barrio de O Burgo; las parroquias de Salcedo, Lourizán, Tomeza y Marcón, al sur del casco urbano; y el río de Os Gafos. A la espera de concretar ahora el nuevo reparto de los fondos, al pasar de los 18 previstos inicialmente a algo menos de 13, las pretensiones iniciales del Concello eran muy amplias. Así, en el apartado de "ciudad inteligente" se reservaban dos millones de euros para la aplicación de nuevas tecnologías, mientras que en el capítulo de "municipio sostenible" se establecía una partida de 1,5 millones para los núcleos de centralidad parroquial, otros tres para los barrios de O Burgo y Mollabao y 3,2 millones más para la movilidad peatonal en las parroquias, caminos escolares y senderos interparroquiales.

Pero si duda uno de los planes "estrella", que se iba a ejecutar de todos modos pero ahora con mayor ámbito de actuación, es la peatonalización del puente de O Burgo y la remodelación de su entorno, toda vez que el tráfico actual es muy bajo y forma parte del Camiño Portugués. Se trata de un proyecto que tiene como ejes principales la peatonalización de este tramo jacobeo que marca la salida de la ciudad hacia Compostela, y la apertura de un nuevo espacio público -una plaza con árboles de unos 4.000 metros cuadrados- en la cabecera norte del puente. La actuación prevista va desde la plaza Valentín García Escudero hasta el cruce con las calles Domingo Fontán y Juan Manuel Pintos -una superficie de 6.853 metros cuadrados- y supondría una inversión de casi un millón de euros.

También incluye intervenciones como la pavimentación del puente, para subrayar su carácter peatonal; una nueva iluminación de carácter monumental (tanto de la plataforma como de los arcos), el arreglo de la barandilla; además de la habilitación de un nuevo espacio público en la cabecera de O Burgo y la reordenación del tráfico con la desaparición de la actual rotonda, la mejora del acceso a la estación de servicio (cuyo mantenimiento en el tiempo está condicionado por la ley de Costas) y una actuación en el tramo próximo del paseo Domingo Fontán y calle Juan Manuel Pintos.