El gobierno local de Pontevedra presume de haber implantado en la ciudad un modelo de desplazamientos en el que el coche particular está relegado por detrás de los traslados a pie, en bicicleta, e incluso en transporte público. Sin embargo, los datos que acaba de hacer públicos el Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre la movilidad en las grandes ciudades, pone de manifiesto que ese objetivo del Concello aún no se ha alcanzado plenamente, entre otras razones porque el transporte público, en concreto el autobús, presenta lagunas para su uso generalizado, empezando por el hecho de que Pontevedra, junto a Ferrol, es la única ciudad que carece de un servicio municipal propio.
De hecho, estas dos urbes son las que presentan el índice más bajo de uso de transportes públicos (autobús, taxi o tren). En la ciudad departamental apenas se llega al 3% para desplazamientos de compras, ocio y de otro tipo -excluido el trabajo- mientras que a orillas del Lérez el porcentaje es aún menor, el 2%. Es decir, solo dos de cada cien pontevedreses usan el autobús o el taxi para moverse por el municipio o el tren para acudir a otros concellos próximos. Este índice es tres veces menor al de la media gallega, que ronda el 6%, y se sitúa muy lejos del 11% de A Coruña y Santiago y el 15% de Vigo. En Ourense se roza el 10% y en Lugo tan solo se registra un 4%, aún así el doble que en Pontevedra.
La implantación del servicio municipal de transporte es una obligación para municipios como Pontevedra, pero en la capital del Lérez nunca ha existido y no hay plan alguno para su creación, una ausencia objeto de quejas en numerosas ocasiones por vecinos y oposición.
Al utilizarse apenas esta modalidad de transporte, y ante la fisonomía peatonal de la ciudad, se podría pensar que los desplazamientos a pie o en bicicleta suponen el grueso de los traslados. Sin embargo, según los datos de la encuesta del IGE, los pontevedreses aún prefieren el coche particular (en un 46% de los casos) si bien otras modalidades alternativas son muy utilizadas. El 44% de estos viajes se realizan a pie o en bicicleta, lo que sitúa a Pontevedra en segundo lugar de las siete ciudades gallegas, por detrás de Ourense, donde se llega al 50%, y muy por encima de Ferrol (40%), A Coruña (36%), Lugo (35%), Santiago (32%) y, sobre todo, Vigo (20%).
El trabajo del Instituto Galego de Estatística distingue entre desplazamientos para realizar compras, por ocio o simplemente para visitar a amigos o familiares. En el primer caso el 54% de los vecinos se desplaza a pie o en bicicleta, mientras que por ocio se llega al 48%. En este último apartado Pontevedra presenta los registros más altos de las siete urbes de la comunidad. La media gallega en este tipo de usos es muy baja, de apenas el 13%, que se centran en traslados a pie de diez minutos o más. Curiosamente, la encuesta del IGE analiza también el porcentaje de respuestas a la pregunta sobre los recorridos andando de menos de diez minutos, asociados a la decisión de no desplazarse. En este caso, las respuestas en Pontevedra oscilan entre el 6 y el 22%.
De todos modos, este trabajo pone de manifiesto que el uso del coche particular aún está muy generalizado en el municipio, en especial en el rural, muy extenso en el caso de Pontevedra, sin un transporte público eficaz y sin la implantación peatonal del centro. Así, el 46% de los viajes se realizan en coche, sobre todo para realizar visitas a familiares o amigos, modalidad en la que casi siete de cada diez vecinos opta por este sistema. Cuando más se deja el vehículo privado en casa es para ir de compras, ya que solo cuatro de cada diez pontevedreses se ponen al volante.
En todo caso, el uso del coche particular en la ciudad se sitúa en la cola de las grandes ciudades. Así, por ejemplo, para realizar gestiones familiares o personales, este sistema es utilizado por el 44% de los vigueses, el 47% de los compostelanos o en el 44% de los casos en Lugo, frente al 40% de Pontevedra, al igual que en Ferrol Sin embargo, en A Coruña y Ourense, menos del 30% de los residentes mueve su vehículo propio.
