El alcalde de Vilaboa, Luis Poceiro, es optimista y confía en que el Plan Xeral de Ordenación Municipal de la localidad esté aprobado "sí o sí" entre enero y marzo de 2017. Es decir, a partir de abril, salvo alguna complicación no prevista, Vilaboa contaría con un PXOM que permitiría regularizar la situación de decenas de viviendas que, en la actualidad, están expedientadas por la Axencia de Protección de Legalidade Urbanística e incluso por la Fiscalía.

La situación del PXOM se encuentra ahora mismo en manos de Costas y el regidor tiene pendiente convocar a la Comisión de Seguimiento municipal para informar de los últimos avances. La cronología del caso tuvo un punto de inflexión el 8 de marzo de 2016, cuando el documento se aprobó en el pleno.

En junio, un mes después de entregar el plan en Urbanismo, la Xunta envió un requerimiento en el que se pedía a mayores tres partes favorables: de Augas de Galicia, de Telecomunicaciones y de Costas. Entre julio y agosto, la alcaldía solventó los dos primeros, pero el tercero todavía no ha llegado desde Madrid.

La Dirección General de Costas tiene en su poder la documentación y el alcalde tiene constancia de que "el informe ya está elaborado desde hace varias semanas" . Sin embargo, pese a la insistencia desde Vilaboa para agilizar los trámites, todavía no ha sido remitido de vuelta.

"Llamo cada 48 horas a Madrid para que nos manden el parte. Esperemos que nos llegue en los próximos días", destaca Poceiro, que confía en que éste sea favorable porque "Pontevedra tenía que hacer un testimonio preceptivo y fue positivo". "En esta situación, solo cabe pensar que será un texto que nos dé el visto o bueno o, como mucho, que nos imponga una serie de correcciones mínimas que apenas interfieran en el proceso", explica el alcalde.

Por tanto, una vez el equipo de Gobierno tenga luz verde, será el momento de enviárselo a la Consultora Gallega, que en 15 días debería remitírselo a la Xunta para su revisión. El organismo autonómico tendría tres meses para contestar, pero Poceiro espera que lo haga en uno, "como sucedió antes del verano, cuando se entregó la documentación en mayo y en junio ya había respuesta".

Más allá de señalar que los trámites burocráticos son los que están alargando el proceso de aprobación del PXOM, el alcalde también reconoce que los políticos de Vilaboa tuvieron "gran parte de culpa" en el hecho de que el Plan tardase tres lustros en salir hacia delante. "Hubo veces que los políticos no estábamos de acuerdo y no hacíamos nada por agilizar el proceso. Ahora es cuando te das cuenta de la responsabilidad que tienes. Están en juego muchas cosas importantes para las personas", afirma el regidor.

Errores

Sin embargo, Poceiro considera que, al margen de que la clase política tuvo sus tiranteces y sus errores, "el hecho de que los diferentes gobiernos nacionales impusiesen una docena de resoluciones y decretos nuevos que afectaban a la redacción del Plan Xeral de Ordenación Municipal, no ayudó a apresurar los trámites".

Las grandes perjudicadas de todos los retrasos en la nueva legislación son los vecinos cuyas viviendas están consideradas como ilegales con la normativa vigente. "Si el PXOM estuviese aprobado, los vecinos podrían vivir tranquilos de una vez por todas. Yo, a nivel personal, lo estoy pasando mal por esta situación. Lo único que quiero es que acabe ya esta pesadilla para todos", reconoce Poceiro.

Una docena de familias

Ahora mismo, hay al menos una docena de familias con expedientes de la APLU. Los casos más sangrantes son, sobre todo, los del litoral, donde se están imponiendo "multas coercitivas". Otro foco es Postemeirón, donde muchos construyeron en suelos en los que, ahora mismo, todavía no está permitido.

Desde el Ayuntamiento de Vilaboa señalan que "la administración no puede defender casos irregulares, pero sí se está aportando toda la documentación posible" para evitar sanciones desmedidas.

Ante esta situación, el alcalde José Luis Poceiro argumenta que "la mejor defensa" es luchar por "agilizar el PXOM", ya que es "la herramienta" que podríaacabar con la mayoría de los problemas urbanísticos.